No hay escritor o personaje histórico que alguna vez no se haya topado con la obra del crítico y poeta norteamericano Edgar Allan Poe (1809-1849), pero de estos solo algunos fueron asiduos lectores. Desde Nietzsche, pasando por Kafka y Valéry hasta llegar al propio líder de la Unión Soviética, Iósif Stalin. Y es que la idea trasversal que comparten casi la gran mayoría de acérrimos lectores de Poe, es su falta de fe en que el hombre, por sí solo y sin guía alguna, puede tomar rienda de sus destinos: «No tengo fe en la perfectibilidad humana», sentencia Poe.
A lo anterior se aúna el espíritu sureño que lo acompañará hasta el final de sus días, así el mismo Julio Cortázar nos menciona que: «muchas de sus críticas a la democracia, al progreso, a la creencia en la perfectibilidad de los pueblos, nacen de ser “un caballero del sur”, de tener arraigados hábitos mentales y morales moldeados por la vida virginiana» (2016:20).
Es así que Poe crea un mundo que niega los valores de la Ilustración, sumergido en la tradición gótica inglesa (Monk Lewis, Ann Radcliffe) y el romanticismo alemán mistérico (Tieck, Hoffman), en donde, «la conciencia de los muertos no acaba nunca de morir. El amor trasciende la muerte. La belleza perdura más allá de la tumba. Y “la muerte de una mujer bella es sin duda el tema más poético del mundo» (Fuentes, 2016:14).
Su vida, marcada por la muerte o abandono del padre, David Poe y la muerte de su madre Elizabeth Poe; al cumplir los 3 años, E.A. Poe ya era un niño huérfano que a partir de ese entonces se encontraría bajo los cuidados de Frances Allan y John Allan. La relación con esta familia fue en sus inicios buena, pero su trato con John fue deteriorándose a medida que Poe iba creciendo y rebelándose a las expectativas de su protector. Poe no se sentía un hijo sino un refugiado, escribiría Cortázar al respecto.
Sin perjuicio de ser un estudiante excepcional, se separó de los Allan a los 17 años (1826), por deudas contraídas durante su estadía en la Universidad de Virginia, que John a pesar de ser un comerciante escocés adinerado, se negaría a pagar, ya que involucraban al alcohol, fiel amigo que escoltará al literato hasta su deceso. Así comenzarían las dificultades para Poe, una vida de genio literario pero con serias dificultades económicas. En 1831, publicaría su primer relato «Metzengerstein» a lo que le siguieron suplicas a John, su acaudalado protector, por algún apoyo que le permitiera existir, en una de sus últimas cartas de este tipo en 1833 le diría: «En nombre de Dios, ten piedad de mí y sálvame de la destrucción», no hubo respuesta.
A partir de 1835 su genio creativo comenzaría a dar amplios frutos, surgiendo relatos como Berenice, la Narración de Arthur Gordon Pym, Lady Ligeia, Cuentos de lo Grotesco y lo Arabesco, Los Crímenes de la calle Morgue, etc. Pasando por varias revistas que cuando Poe renunciaba, terminaban con un número de suscriptores aumentado, como fue el caso del Graham’s Magazine que comenzó con 1000 suscriptores y a la salida de Poe dejo 40 mil.
Poe siempre se quejó de algo, ya que no es que ganara mucho dinero en estas actividades, y siempre le rondaba la idea de establecer su propio Magazine: «Acuñar moneda con el propio cerebro, a una señal del amo, me parece la tarea más dura de este mundo» diría. Sin embargo, dos oportunidades tendría para ello, al encontrar financistas interesados, y las dos las perdería, una por el alcohol y otra por el láudano. Con la muerte de Virginia su esposa en 1847, el opio y el alcohol le darían final, murió en 1849 asaltado por terribles alucinaciones.
¿Por qué Poe escribiría hasta sus últimos momentos a pesar de sus desgracias? No es sino Kafka el que nos da la respuesta: «escribió cuentos de misterio para sentirse a gusto en el mundo».
Referencias bibliográficas
POE, Edgar Allan. (2016). «Cuentos Completos» . Edición comentada. Traducción de Julio Cortázar. Prólogos de Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa. Edición de Fernando Iwasaki y Jorge Volpi.
Bibliografía
POE, Edgar Allan. (2017). «Narraciones Extraordinarias». Edición Alma Clásicos Ilustrados.
HERVEY ALLEN, Israfel. (1926). «The Life and Times of Edgar Allan Poe».
HOBSON QUINN, Arthur. (1941). «Edgar Allan Poe: a critical biography».
Fuente: LIRA, Israel. «Columna de Opinión No. 119 del 08.11.2019». Diario La Verdad.
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