En Kant (ya que la lógica hegeliana deriva de la crítica a la gnoseología kantiana), el Entendimiento y la Razón como categorías relativas a las facultades mentales (n.a. pertenecientes a su vez al plano intelectual) del ser humano (n.a. siendo otros planos la imaginación, la concentración, la intuición, la percepción y la memoria), tienen una naturaleza distinta. El proceso de conocimiento comienza en los sentidos, se traslada luego a nuestro entendimiento para luego acabar en la razón. El entendimiento realiza una labor de ordenación de los datos recabados por nuestros sentidos para que estos puedan ser interpretados por nuestra razón, y es en este proceso en donde la razón, en tanto realiza una labor hermenéutica de la realidad fenoménica (mundo material de las cosas en sí), cae en contradicciones (antinomias: p.ej. el mundo tiene un inicio al mismo tiempo que no lo tiene, en el tiempo y en el espacio).
Estas contradicciones para Kant son la prueba inequívoca de una cierta debilidad de la razón para entender nuestra realidad existencial, lo que lo llevó a sostener que el acto racional es certero cuanto más se aleja de la experiencia sensitiva, es decir, de la realidad factual (de los objetos del mundo exterior), para con ello, a lo que llamaremos un ejercicio de reflexión panorámica, poder generar conocimiento racional. Para Kant, el conocimiento racional se caracteriza por el alejamiento progresivo y diametral de lo sensible.
Hegel realiza una dura crítica a esta visión kantiana de la dicotomía entendimiento-razón. Para Hegel, la diferencia entre estas categorías es de carácter jerárquico y su relación es de los modos del intelecto y el conocimiento en niveles inferior y superior. Mientras el entendimiento es lógico (busca evitar las contradicciones), la razón es dialéctica (permite identificar las contradicciones y comprender su movilismo recíproco). Hegel concibe al Entendimiento como un raciocinio inferior, que se rige bajo las leyes de la lógica formal, por lo que su grado de reflexión es limitado a cuestiones finitas y se caracteriza por su naturaleza inmovilista:
«Si examinamos el concepto de libertad como una antítesis abstracta de la necesidad, este concepto sólo será un concepto del entendimiento (finito) de la libertad; en cambio el verdadero y racional concepto de la libertad contiene dentro de sí la necesidad como anulada».
Este último pasaje de la Ciencia de la Lógica de Hegel, poniendo como ejemplo a la idea de libertad (como no tener necesidad de algo y como análogo de no depender de algo) opuesta a la de dependencia o necesidad, no es otra cosa que afirmar que su conceptualización –el de la idea de libertad– implica el final de la idea de dependencia.
El entendimiento ve a la libertad y la dependencia como dos categorías separadas y contradictorias, en tanto que solo puede conceptualizarlas de forma finita, en tanto sus límites se encierran en sus propios conceptos para poder definirlas, no guardando relación alguna. Sin embargo, y como se ha visto, es la razón, la que es concebida en Hegel como una forma de raciocinio superior por su carácter dinámico, la que siendo dialéctica puede comprender el hecho que entre las categorías de libertad y dependencia, hay una relación e interconexión, tal cual como sucede con otras ideas, como las de vida y muerte. Para el entendimiento la dicotomía vida-muerte, está configurada por conceptos autónomos irreconciliables. Mientras que para la razón, la propiedad de ser vivo, implica al mismo tiempo, la facultad de morir.
Como se colige, mientras para Kant las contradicciones de la razón configuran una debilidad y por ello no coadyuvan a la comprensión de la realidad factual, para Hegel constituyen la característica consustancial que define a la razón y que es central en la comprensión de nuestra realidad como un todo.
Visto lo expuesto, identificamos que dicho ejercicio también puede aplicarse a la comprensión que desde nuestro enfoque crisolista efectuamos respecto de la relación entre las categorías de indigenismo e hispanismo. A un nivel lógico, indigenismo e hispanismo son dos realidades desconectadas, a un nivel dialéctico, son dos expresiones fenoménicas de la contemporaneidad peruana que sustentan la identidad nacional, ligado ello al proceso de mestizaje no solo biológico, sino también cultural. El peruanismo es así concebido como una etapa superior de la conciencia nacional que integra ambas narrativas, la indigenista y la hispanista, reconociendo el carácter general de esta última al que nos vemos integrados por el proceso de colonización, mientras que reafirma la naturaleza de diferencia específica de lo autóctono. Asimismo, y cuando p.e Duthurburu habla de que estas posturas dividen, son cuando precisamente caen bajo un entendimiento lógico y no bajo una razón dialéctica. El indigenismo malentendido es aquel que sataniza lo occidental y el hispanismo malentendido es aquel que ve en todo lo autóctono algo primitivo. El indigenismo bien entendido es la valoración de lo autóctono y la visibilización de lo trascendental de nuestros pueblos ancestrales. El hispanismo bien entendido es el reconocimiento de una influencia cultural que ahora es parte de nosotros. Así correctamente comprendidas, ambas, son el complemento de lo que llamamos Peruanidad.
Bibliografía
KANT, Immanuel. (1781). «Crítica de la Razón Pura». Edición de Editorial Gredos. Tomo I. 2010.
HEGEL, G.W.F. (1812). «La Ciencia de la Lógica». Edición de Editorial Las Cuarenta. 2013.
DICCIONARIO FILOSÓFICO. (1946, 1959, 1965). «Entendimiento y Razón». M.M.Rosental & P.F.Iudin.
Diario La Verdad. Lima, Perú.
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