¿Es el neoliberalismo un término ficto creado por el socialismo y la izquierda para desprestigiar al liberalismo real? ¿Fueron Friedman, Mises y Hayek neoliberales? ¿Se puede catalogar a la Escuela de Chicago y a la Escuela Austriaca como neoliberales? ¿Qué entendemos por neoliberalismo? Responderemos a estas interrogantes de forma concisa al encontrarnos en un contexto de crisis de los gobiernos neoliberales de Iberoamérica.
Para comenzar, diremos que el neoliberalismo (en su concepción fuerte) es un discurso económico y político. Es económico, porque implica un enfoque particular sobre las tasas de interés, los impuestos y el comercio; y es político porque instrumentaliza este enfoque a través de políticas públicas sustentadas en la tricotomía procedimentalista del bienestar: libertad-eficiencia-equidad. Ronald Reagan así como Margaret Thatcher, son ejemplos concretos de la conceptualización de esta categoría en el plano pragmático, en la órbita norteamericana y británica, respectivamente y que ha influenciado ampliamente a Iberoamérica a partir del Consenso de Washington de 1989, su respaldo ideológico, cuyos 10 principios neurálgicos son los siguientes:
«1. Disciplina en la política fiscal, enfocándose en evitar grandes déficits fiscales en relación con el Producto Interno Bruto;
2. redirección del gasto público en subsidios («especialmente de subsidios indiscriminados») hacia una mayor inversión en los puntos clave para el desarrollo, servicios favorables para los pobres como la educación primaria, la atención primaria de salud e infraestructura;
3. reforma tributaria, ampliando la base tributaria y la adopción de tipos impositivos marginales moderados;
4. tasas de interés que sean determinadas por el mercado y positivas (pero moderadas) en términos reales;
5. tipos de cambio competitivos;
6. liberalización del comercio: liberación de las importaciones, con un particular énfasis en la eliminación de las restricciones cuantitativas (licencias, etc.); cualquier protección comercial deberá tener aranceles bajos y relativamente uniformes;
7. liberalización de las barreras a la inversión extranjera directa (IED);
8. privatización de las empresas estatales;
9. desregulación: abolición de regulaciones que impidan acceso al mercado o restrinjan la competencia, excepto las que estén justificadas por razones de seguridad, protección del medio ambiente y al consumidor y una supervisión prudencial de entidades financieras;
10. Seguridad jurídica para los derechos de propiedad».
En el plano académico también se reafirma esta concepción fuerte, que precisa que el término «economía neoliberal» no es una categoría de análisis adecuado, porque el neoliberalismo como tal no tiene un campo de estudio propio ni en la teoría económica ni en la política económica (Gaviria Ríos: 2004), por lo que el término académico más propio es el de discurso neoliberal (en donde ciertamente se pueden reconocer varias ideas del pensamiento económico clásico y contemporáneo), pero por su visión dogmática y/o fundamentalista, termina tornándose en una narrativa acrítica (razón por la que se le denomina fundamentalismo de mercado, ya que en la praxis solo sirve a los intereses de una minoría saltándose los controles y el funcionamiento de las democracias –Joseph Stiglitz, 31.12.2017, o lo que es lo mismo, un Estado fuerte que establece un marco para el mercado, es decir, que hace cumplir la política económica, pero que en la praxis solo usa esa fuerza para abogar en único beneficio de la clase empresarial bajo la premisa que esto redundará en el bienestar general, pero ya sabemos que es de esto último en toda Iberoamérica, bajo la idea del famoso chorreo, una promesa incumplida en toda la región por la ingenua idea de que esa misma clase empresarial al verse beneficiada de las políticas económicas, va a necesariamente y en todos los casos a generar un escenario de desarrollo generalizado y no de lucro individualizado, origen de grandes fortunas a costa de las facilitaciones del Estado a las privatizaciones y desregulaciones). Siendo por todo ello que, el neoliberalismo es un fenómeno contrastable empíricamente, por lo que no es un invento socialista o de la izquierda, sino un hecho real dentro de la praxis liberal y susceptible de análisis crítico.
Tocado el concepto específico, queda por ver el concepto genérico (que es el manejado a nivel coloquial, pero no por ello deja de tener su aspecto objetivo como veremos) para lo cual diferenciaremos el concepto fuerte o determinado (strictu sensu) ya tocado, con el concepto lato sensu de neoliberalismo (concepción genérica o débil), el llamado paraguas, a efectos de oponerlos y tener así una visión completa del objeto de estudio.
La categoría universal de neoliberalismo o general es más relacionada a la historia del pensamiento económico y hace alusión al nuevo liberalismo que surge en el ínterin entre el termino de la primera y pos segunda guerra mundial, y cuyo origen puede rastrearse con la acuñación del término por el economista liberal alemán Alexander Rustow en la Conferencia Walter Lippmann en 1938, y que intentó brindar formas alternativas dentro del mismo liberalismo como respuesta a la crisis de la Gran Depresión. Luego de la segunda guerra mundial, estas iniciativas son continuadas por la Sociedad Mont Pelerín en 1947.
Visto esto podemos definir al neoliberalismo (concepción débil) como la amplia gama de teorías liberales nuevas que surgen después de la primera y luego de acaba la segunda guerra mundial, no hay aquí un solo bloque de cohesión de ideas, sino la unidad metodológica de proponer nuevas formas de liberalismo. Lo que se prueba con el incidente Mises en la Sociedad Mont Pelerín, (fundada a iniciativa del propio Mises junto con Hayek) respecto de sus miembros, todos liberales de diferentes corrientes, al mencionar: «todos ustedes son un grupo de socialistas» (Losoviz, 2015). En función a lo expuesto, ahora podemos oponer la categoría general con la categoría específica.
La categoría general es estrictamente histórica, todo lo que hoy signifique una propuesta nueva de liberalismo se configura como neoliberalismo (concepción que se identifica con el uso coloquial), así, tan neoliberal es la Escuela de Chicago como algunos pensadores de la Escuela Austriaca. Sin embargo, cuando nos vamos ya a las diferencias particulares en el plano teorético de cada propuesta de nuevo liberalismo (ahora si partiendo del incidente Mises), el neoliberalismo solo se ve limitado (categoría específica) a la aplicación del conjunto de 10 premisas establecidas por el Consenso de Washington y a algunas escuelas económicas que ven la necesidad de un Estado fuerte para establecer el marco para el mercado (la Escuela de Chicago p.ej.), y es por ello, que en esto sí tienen razón los libertarios al fundamentar que Mises-Hayek y los austriacos no son neoliberales por su oposición a toda forma de intervencionismo (lo que no hace que los austriacos, y su respaldo político libertario, sean menos fundamentalistas de mercado que los neoliberales), lo que tampoco inhibe el hecho, como se ha visto, de que sus ideas hayan influenciado al discurso neoliberal como afirma Gaviria (2004: 9):
«Si bien se sustenta que Hayek, Von Mises y Friedman son los iniciadores modernos del pensamiento neoliberal (Dos Santos, 1999, 510), debe advertirse que este último ha “evolucionado” hacía una política profundamente conservadora, caracterizada por una incapacidad para la autocrítica, que le plantea grandes diferencias, aún, frente a la ortodoxia neoclásica… La sociedad Pèlerin logró una gran expansión académica, sobre todo a partir de la escuela de Chicago, donde Hayek enseñó entre 1950 y 1962, y otros centros europeos, australianos y asiáticos; y dio origen a las ideas neoliberales, cuyas raíces teóricas se encuentran en la economía normativa de la Universidad de Chicago, desarrollada por Milton Friedman e inspirada por Hayek (Arroyo, 1993)».
Referencias bibliográficas
GAVIRIA RIOS, Mario Alberto. (2004). «Neoliberalismo y desarrollo en América Latina». En: Revista Académica e Institucional. Num. 69. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4897770
LOSOVIZ ADAUI, Pablo.(2015). «Fundamentos teóricos de la controversia entre Hayek y Keynes. Dos visiones acerca del orden económico y la historia». Universidad Complutense de Madrid. Tesis Doctoral. En: http://eprints.ucm.es/40821/1/T38244.pdf?fbclid=IwAR0IjoUJZc1C2Bp7aWtAsN2ayVX0R940qdOdm06ccn1qR-xHrB6YBjJgwpo
Bibliografía
CENTRO MISES. (2016). «Mises contra los neoliberales». En: https://www.mises.org.es/2016/04/mises-contra-los-neoliberales/
CENTRO MISES. (2016). «Porque los austriacos no son neoliberales». En: https://www.mises.org.es/2016/01/por-que-los-austriacos-no-son-neoliberales/ («...la Escuela de Chicago... podrían clasificarse como neoliberales. Se oponen al socialismo, pero también al manchesterismo, es decir, se oponen a la aproximación de laissez faire del liberalismo clásico. ...la Escuela de Chicago ...están a favor de un estado fuerte para establecer el marco para el mercado y dirigir la vida económica en ciertas direcciones. También quieren que el estado proporcione cierta seguridad social»).
UNIVERSIDAD FRANCISCO MARROQUÍN. (2015). «Las diferencias entra la Escuela Austriaca de Economía y la Escuela Neoclásica. Dos entre otras». En: https://bazar.ufm.edu/las-diferencias-entre-la-escuela-austriaca-de-economia-y-la-escuela-neoclasica-dos-entre-otras/
Fuente: LIRA, Israel. «Columna de Opinión No. 117 del 01.11.2019». Diario La Verdad.
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