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Foto del escritorIsrael Lira

Sobre la Metafísica

Actualizado: 8 jun 2021



En el acervo coloquial y cotidiano, cuando hacemos uso de la categoría metafísica, por lo general, queremos hacer alusión o referencia a algo que es inmaterial, suprasensible (que esta fuera del alcance de los sentidos o no es accesible a ellos), es decir, a algo que no es físico o que estas más allá de lo físico, en correlato con el propio sentido semántico de la palabra que se alude. A experiencias espirituales y en algunos casos religiosas. Por ello muchas veces también cuando se trae a colación este concepto se lo atribuye a la rama de la filosofía hermética u ocultista. Sin embargo, esta reductio ad inmateriale es solo eso, ya que estas acepciones coloquiales solo corresponden a diversos enfoques metafísicos, pero no los únicos, siendo que por ello es mejor hablar de metafísicas. Así, en la historia de la filosofía, tenemos dos ramas bien diferenciadas, la metafísica espiritualista o inmaterialista –la más conocida en el argot popular– y la metafísica materialista –la que en la presente visibilizaremos–, sin antes efectuar un resumen sistemático sobre la metafísica, en ello: ¿Qué es la metafísica? ¿Cuáles son las principales preguntas de las que parte? ¿Ha muerto? ¿Sus indagaciones ya cumplieron su ciclo histórico y ya no pueden brindar nuevos retos al hombre? Al respecto, lo siguiente:


Cuando hablamos de metafísica, es inevitable remitirnos a Aristóteles, sin embargo, lo cierto es que antes de él, la metafísica entendida como reflexión sobre la realidad del mundo, ya estaba presente en Parménides, en su respuesta a ¿Cuál es el camino de la verdad? y en Platón respecto de su Teoría de las Ideas. Por lo que Aristóteles se nos presenta así no como la génesis, sino como el gran consolidador de la metafísica.


Aristóteles, como bien recordará nuestro lector, en su sistema filosófico, y respecto del Ser (la realidad, lo que es), manifestaba que este no era un término unívoco sino que podría manifestarse de diversas maneras, así nos hablaba del Ser como sustancia, del Ser en acto y del Ser en potencia.


Aristóteles postularía la tesis que todas las categorías y manifestaciones del ser surgen de la sustancia o esencia, es decir, del ser en sí, por lo que profundizará en el hecho de que ¿si el ser es sustancia o esencia?, entonces ¿que entendemos por sustancia?


Es de precisar que para los filósofos naturalistas de la physis, el ser era (1) un principio originario que era identificado con elementos físicos (agua, aire, fuego, etc); mientras que para Platón (2) el ser era el eidos o forma-idea; y mientras que en (3) el sentido coloquial, era una cosa concreta, palpable en una suerte de combinación entre forma y materia. Aristóteles concluye que el ser son estos tres aspectos, pero que el ser es ante todo forma material.


Aristóteles profundiza más estos conceptos de materia, forma y forma-materia y los redefine como (1) materia o hyle: principio constitutivo de la realidad sensible y que sirve como base o substrato de la forma; (2) forma material o esencia o eidos: es la plasmación de la materia. Pero no es el eidos platónico, es decir, no es un eidos suprasensible, sino un eidos en la materia. p.ej. La cerámica es la materia, que se manifiesta en forma de jarrón; la madera es la materia que se manifiesta en forma de mueble; (3) materia y forma o synolon: es la manifestación de la combinación de materia y forma, en donde la persona humana es un ejemplo claro.


Así Aristóteles concluye que, el ser es la sustancia y la sustancia es forma. La sustancia se manifestará en acto o en potencia, según sea el caso.


Por otro lado, el ser en potencia, es lo que puede llegar a ser, un algo, cosa u objeto. p.ej. Lucia es estudiante de psicología, es una psicóloga en potencia. Mientras que el ser en acto, es lo que algo, cosa u objeto, es actualmente. p.ej. Lucia es estudiante universitaria.


Es de esta conceptualización, de esa relación entre materia y esencia/forma, de donde surge la dicotomía clásica de la metafísica, en donde el ser es captado por el pensamiento (metafísica espiritualista) o por los sentidos (metafísica materialista).


Dentro de la metafísica espiritualista tenemos a la Teoría de las Ideas Platónica, con su distinción entre el mundo de las Ideas (el Hiperuranio) y el mundo de lo sensible; una parte de la concepción racionalista de Descartes y su tricotomía de las Ideas en: Ideas Innatas (ideas presentes en nuestra mente antes de cualquier experiencia), Ideas Facticias (ideas que son producto de nuestra imaginación) e Ideas Adventicias (ideas con correlato en el mundo exterior, producto de nuestros sentidos); y a la concepción idealista desde Berkeley y Kant, pasando por Hegel hasta Husserl.


Por otro lado, dentro de la metafísica materialista tenemos a la concepción atomista de Demócrito, con su distinción entre los átomos (como lo que existe, ser), y el vacío (el no-ser); el mecanicismo con Hobbes, La Mettrie, Diderot y Helveticus; y la parte de los escritos de Marx que toman los presupuestos de Demócrito y Leucipo a los que se aúnan la crítica a Feuerbach y Hegel (Me&M, 121).


Dicho esto, la diferencia fundamental entre la metafísica inmaterialista y la materialista, reside principalmente en que, mientras la primera le da un valor accesorio a la realidad material o ningún valor cuando se llega al extremo del solipsismo, así como admite la existencia como la plausibilidad de entrar en contacto con realidades suprasensibles, por otro lado, la segunda parte del hecho de que todo lo real es, a fin de cuentas, material, y en diferentes grados de acuerdo al rango de percepción humana.

La crítica a la metafísica, en general, ha sido variada desde el empirismo, el existencialismo, el mismo marxismo, hasta el positivismo y la filosofía analítica. Sin perjuicio de lo expuesto, lo cierto es que las interrogantes que rodean a la metafísica, siempre han de estar presentes con el hombre mientras exista, en ello:


«la naturaleza del alma, el origen del mundo y la existencia de Dios; pasando por el problema por antonomasia, el problema del ser, hasta llegar a otros vinculados con ellos como son los problemas del tiempo, los universales, el determinismo y el libre albedrío o la identidad personal» (Conee y Sider, 2013 en Dávila, 2017).

Por lo que anunciar la muerte de la metafísica, seria anunciar el fin de la sociedad, y la muerte del hombre en sí mismo, cosas que aún no han pasado, siendo que refrendamos con ello las palabras de Gracia (1998):


«La supervivencia de la metafísica es uno de los hechos más sorprendentes en la historia de la filosofía, pues desde su origen la metafísica se ha visto sujeta a numerosos y violentos ataques. En efecto, en diversos momentos de su historia pareció que se le había dado el coup de grace. Pero la disciplina siempre se ha recuperado.(…)
Claramente, pues, la metafísica siempre ha renacido a pesar de todos los obstáculos que se le han opuesto y no hay duda de que lo seguirá haciendo. Pero, ¿Cuál es la razón?, ¿Por qué sucede que a pesar de todos los ataques y vicisitudes que ha sufrido a través de su historia no sólo renace sino que frecuentemente surge con nuevo rigor? Una respuesta bien conocida a esta pregunta es que la metafísica es una disposición natural del ser humano. Como nos dice Kant en sus Prolegómenos: “Que el espíritu humano abandone alguna vez las especulaciones metafísicas tiene tan poca probabilidad como que dejemos de respirar por completo, para no respirar aire impuro”».

Como colofón, diremos que el sistema teorético crisolista en tanto estudio integral del conocimiento humano, es más cercano a la metafísica materialista, sin por ello relegar el estudio integral de dicha rama filosófica en sus otras expresiones históricas. Enfoque que ha dado ya propuestas contemporáneas interesantes p.ej. dentro de la misma filosofía analítica que siempre ha visto a la metafísica con desconfianza y escepticismo, haciendo énfasis en la propuesta de Peter Frederick Strawson (1959, 1992) de integrar la metafísica en los estudios analíticos bajo dos formas, una metafísica descriptiva y otra revisionista. La primera se encargaría del análisis de la estructura de nuestro pensamiento acerca de la realidad fisicalista, mientras que la otra de mejorar tanto el lenguaje como la forma en como describimos esta estructura de pensamiento.


Referencias bibliográficas


REALE, Giovanni, ANTISIERI, Dario. (1995). «Historia del Pensamiento Filosófico y Científico» . Tomo I. Editorial Herder.




CONEE, E. y SIDER, T. (2013). «Acertijos de la existencia. Un paseo guiado por la metafísica». Madrid, España: Alianza Editorial.


STRAWSON, F.P. (1959). «Individuals: An Essay in Descriptive Metaphysics (Individuos: ensayo de metafísica descriptiva)». London: Methuen.


STRAWSON, F.P. (1992). «Analysis and Metaphysics: An Introduction to Philosophy (Análisis y metafísica: introducción a la filosofía)». Oxford: Oxford University Press, 1992.


Fuente: LIRA, Israel. «Columna de Opinión No. 170 del 13.07.2020». Diario La Verdad. Lima, Perú.

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