Sin perjuicio de corresponder a la familia de teorías liberales, existen diferencias consustanciales entre el liberalismo, el libertarismo y el minarquismo, y en efecto con lo que proponen cada uno de sus epígonos, los liberales, los libertarios y los minarquistas, correspondientemente en el siguiente sentido:
El liberalismo desde Locke (1690), Constant (1819), Ayn Rand (1964), Dumont (1977), y John Rawls (1995), se sustenta en 4 tesis principales que se resumen de la siguiente forma: 1. La persona en el liberalismo, es, ante todo, individuo, no es, para nada, un ser social (Dumont, 1977: 17); 2. Como es ante todo individuo, tiene unos derechos inherentes a su naturaleza (Locke, 1690: 347; Rand, 1964), pero ello no implica que tenga deberes, ya que el reconocimiento de deberes, implicaría la aceptación de una realidad social que se superpone al individuo, lo cual es inaceptable; 3. El fenómeno de la asociación de personas para un fin común, es algo contingente y transitorio, es decir, temporal, en tanto no está en la naturaleza del hombre el ser social, siendo que el hombre es tal, social, solo por utilidad a sus intereses (Constant, 1819); y 4. ningún interés particular, deberá ser nunca sacrificado en beneficio del bien común o interés colectivo o la seguridad pública (Constant, 1819).
A diferencia del liberalismo, el libertarismo o libertarianismo, que comparte con el primero y con los matices del caso los siguientes puntos:
«1. La libre interacción de la oferta y la demanda equilibran la producción y el consumo; 2. Las intervenciones del Estado rompen el equilibrio natural de la oferta y demanda generando ineficiencia; 3. El rol del Estado debería limitarse a garantizar el cumplimiento de los acuerdos y contratos establecidos libremente por las personas y empresas. Esta idea se asocia al concepto de “Laissez Faire, laissez passer” en donde el Estado debe limitarse a “dejar hacer, dejar pasar”; 4. Cada individuo tiene la responsabilidad de ahorrar para educar a sus hijos, pagar su salud y mantenerse durante su vejez; 5. El ahorro y la acumulación de capital es el factor que impulsa el desarrollo económico; 6. Los individuos deben buscar su beneficio personal, y de esta forma impulsarán el bienestar social» (Roldán, 2017).
Tiene un punto de quiebre que corresponde a los límites que se le otorgan al Estado y al Gobierno. Mientras en el liberalismo solo se restringe la participación del Estado a determinados ámbitos, el libertarismo se ha dividido, en este aspecto, en dos ramas, los libertarios minarquistas (como Ludwig Von Mises y Friedrich Von Hayek) y los libertarios anarco-capitalistas (como Murray Rothbard). Los primeros buscan limitar aún más la participación del Estado en la sociedad, hasta solo verla reducida a lo más básico, mínimo necesario para preservar la libertad individual. Mientras que los libertarios anarco-capitalistas de propiedad privada abogan por prescindir totalmente del Estado y por una política de privatización absoluta. Los libertarios no se consideran ni de izquierda, ni de derecha (sin perjuicio de ello, y por más que estos se declaren ajenos a la díada tradicional Izquierda-Derecha, es su misma praxis la que reafirma su adhesión funcional al espectro de derecha por osmosis ante su defensa a ultranza de una libertad económica extremada, lo que los circunscribe en una propuesta de derecha radical). Asimismo, los más recalcitrantes sostienen que el sistema de impuestos en si es un robo, ya que deviene en ninguna utilidad real para el contribuyente. Un libertario minarquista controvertido por sostener ello es el economista argentino Javier Milei.
Visto lo expuesto, el minarquismo (término acuñado por el anarquista Samuel Konkin en 1971, pero cuya esencia se puede rastrear en el mismo liberalismo clásico, particularmente en Constant) se nos presenta como una postura trasversal al liberalismo y al libertarismo. Pueden existir liberales (Ayn Rand) y libertarios (Ludwig Von Mises y Friedrich Von Hayek) minarquistas, pero ello por lo ya visto, no se hace extensivo a los libertarios anarco-capitalistas de propiedad privada. El Minarquismo aboga por un Estado y un Gobierno mínimo, solo lo suficiente para garantizar las libertades individuales (reducido a los servicios de Fuerzas Armadas, Policía y Sistema de Justicia).
Por nuestra parte, nosotros no compartimos las teorías arriba mencionadas, en tanto consideramos que pueden coexistir pacíficamente el principio individual con el principio comunitario, la propiedad privada con la propiedad colectiva, base de una economía mixta de muchas naciones contemporáneas que hoy en día son potencias emergentes, y que los servicios públicos a través del sistema de impuestos son necesarios para la población en tanto cumplen una función social. Asimismo, es de recordar para los que profesan la fe católica que, la condena al liberalismo en todas sus formas es también parte de la Doctrina Social de la Iglesia.
La crítica va por el hecho de reconocer que el liberalismo (así como el neoliberalismo en tanto otra rama de la familia liberal), si bien ha tenido tanto éxitos como fracasos, está lejos de ser una fórmula salvadora, asimismo, hablar de liberalismo político, es casi un oxímoron muy conveniente en tanto que el liberalismo es, principalmente, una doctrina de origen económico, que en palabras de Alain de Benoist (2002), significó la justificación de la emancipación de lo económico de la tutela de lo político. Esta justificación derivó del desarrollo filosófico del liberalismo cuyos primeros orígenes los encontramos en el Nominalismo de Ockham, pasando por el Cartesianismo de Descartes y sistematizándose con el Idealismo Subjetivo de Kant.
Los principales errores del liberalismo se los debemos precisamente a esta justificación, en tanto que la categoría de individuo en el liberalismo se convierte en medida última de la realidad existencial humana (individualismo), ello de la misma lectura de los autores liberales modernos y contemporáneos ya mencionados (Dumont, 1977; Ayn Rand, 1964; Constant, 1819; Locke, 1690).
Las 4 tesis neurálgicas previamente expuestas al inicio de la presente sustentan la estructura de toda la teoría del liberalismo en materia política, que criticamos duramente y que ciertamente está ocasionando el rechazo paulatino del liberalismo en el mundo y generando el fenómeno de las llamadas democracias iliberales, concordando con Alain de Benoist (2002) plenamente en lo siguiente:
1. El liberalismo por su esencia economicista, despolitiza a la sociedad y el Estado: «A medida que va desarrollándose, la casta económica atrae a sí la sustancia del Estado, subordinando poco a poco la decisión política a los imperativos económicos»; 2. El liberalismo solo considera una única dimensión para la decisión política, el individuo, dejando de lado las aspiraciones y deseos colectivos: «Todas las dimensiones intermedias: naciones, pueblos, culturas, etnias, etc, tienden a ser negadas, descalificadas (en tanto que “productos” de la acción política e histórica, y en tanto que “obstáculos” a la libertad de comercio) o consideradas como insignificantes»; siendo por ello que, 3. lo cultural, para el liberalismo, es irrelevante frente a lo económico, o solo se torna en mera extensión de ello (turismo): «De hecho, una de las principales características de la economía liberal es su indiferencia y su irresponsabilidad frente a las herencias culturales, las identidades colectivas, los patrimonios y los intereses nacionales».
Referencias bibliográficas
LOCKE, John. (1690). «Second Treatise of Civil Government», ch. viii, in Two Treatises of Government, ed. Peter Laslett (Cambridge: Cambridge University Press, 1988), 347.
CONSTANT, Benjamin. (1819). «De la liberté des Anciens comparée à celle des Modernes».
RAND, Ayn. (1964.). «Collectivized ‘Rights».En: The Virtue of Selfishness: A New Concept of Egoism (New York: New American Library).
DUMONT, Louis. (1977). «Homo æqualis. Genèse et épanouissement de l’idéologie économique».
RAWLS, John. (1995). «Teoría de la Justicia». Fondo de Cultura Económica.
BENOIST DE, Alain. (2002).“Critique de l’idéologie libérale,” in his Critiques—Théoriques. (Lausanne, Switzerland: L’Age d’Homme), 13–29. En: https://s3-eu-west-1.amazonaws.com/alaindebenoist/pdf/critique_of_liberal_ideology.pdf
Bibliografía
VON MISES, Ludwig. (1949). «La acción humana: tratado de economía». Edición 2018, Unión Editorial.
VON HAYEK, Friedrich. (1960). «Fundamentos de la libertad». Edición 2014, Unión Editorial.
ROTHBARD, Murray. (1973). «Por una Nueva Libertad: el Manifiesto Libertario». En: https://bit.ly/2lW07l2
KONKIN, Samuel. (1971). «New Libertarian Notes». En: https://www.kopubco.com/nlncvrs.html
Fuente: LIRA, Israel. «Columna de Opinión No. 89 del 21.01.2019 y No. 109 del 27.09.2019». Diario La Verdad. Lima, Perú.
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