top of page
Buscar
Foto del escritorIsrael Lira

Crítica Epistemológica al «Ur-Fascismo» de Umberto Eco

Actualizado: 5 abr 2021



«Se nota que, tal y como se usa, la palabra 'fascismo' casi no tiene sentido. En conversaciones se usa todavía más a lo loco que en la prensa. De lo que he oído, se aplica a agricultores, comerciantes, crédito social, castigo corporal, caza del zorro, tauromaquia, el comité de 1922, el comité de 1941, Kipling, Gandhi, Chiang Kai-shek, homosexualidad, los programas de Priestley, albergues juveniles, astrología, mujeres, perros y no sé qué más»[1]

Cita orwelliana que hoy más que nunca se hace presente, ya que ante la inestabilidad de la región, parece haber más fascistas que en la misma época del surgimiento del fascismo, y es porque el término ya se ha vaciado de contenido por completo.


Definitivamente Umberto Eco, escritor y filósofo italiano, no es de aquella clase de personas que abandonan su objetividad tan solo para sostener un sistema de pensamiento, sino que al contrario, siempre se ha caracterizado por su gran sabiduría en muchos temas, sobre todo cuando de semiótica[2] se trata. Sin perjuicio de ello, y en honor al amicus plato sed magis amicas est veritas[3], no se puede dejar de notar que, respecto de sus disertaciones que abordan la fenomenología fascista, y que si bien no dejan de entrever posturas interesantes que necesitarían mayor contraste empírico –debido a la falta de interés general por la investigación objetiva del tema–, se considera que hay ciertas falencias que menguan la objetividad del discurso econiano, ello dentro de una crítica estrictamente enmarcada en la epistemología.


Eco, dentro de su obra Cinco Escritos Morales, nos presenta una parte dirigida al análisis de lo que él considera aquellas características escenciológicas e impertérritas de un concepto de fascismo, en el cual, expone sus 14 puntos:


«El término «fascismo» se adapta a todo porque es posible eliminar de un régimen fascista uno o más aspectos, y siempre podremos reconocerlo como fascista. Quítenle al fascismo el imperialismo y obtendrán a Franco o Salazar; quítenle el colonialismo y obtendrán el fascismo balcánico. Añádanle al fascismo italiano un anticapitalismo radical (que nunca fascinó a Mussolini) y obtendrán a Ezra Pound. Añádanle el culto la mitología celta y el misticismo del Grial (completamente ajeno al fascismo oficial) y obtendrán uno de los gurús fascistas más respetados, Julius Evola. A pesar de esta confusión, considero que es posible indicar una lista de características típicas de lo que me gustaría denominar Ur-Fascismo, o fascismo eterno. Tales características no pueden quedar encuadradas en un sistema; muchas se contradicen mutuamente, y son típicas de otras formas de despotismo o fanatismo, pero basta con que una de ellas este presente para hacer coagular una nebulosa fascista.
1. La primera característica de un Ur-Fascismo es el culto a la tradición. (…) Como consecuencia, ya no puede haber avance del saber. La verdad a ha sido anunciada de una vez por todas, y lo único que podemos hacer nosotros es seguir interpretando su oscuro mensaje.
2. El tradicionalismo implica el rechazo del modernismo. (…) El rechazo del mundo moderno se camuflaba como condena de la forma de vida capitalista, pero concernía principalmente a la repulsa del espíritu del 1789 (o del 1776, obviamente). La Ilustración, la edad de la razón, se ven como el principio de la depravación moderna. En este sentido, el Ur-Fascismo puede definirse como “irracionalismo”.
3. El irracionalismo depende también del culto de la acción por la acción. La acción es bella de por sí, y, por lo tanto, debe actuarse antes de, sin reflexión alguna. Pensar es una forma de castración. Por eso la cultura es sospechosa en la medida que se identifica con actitudes críticas.
4. (…) Para el Ur-Fascismo el desacuerdo es traición.
5. El desacuerdo es, además, un signo de diversidad. El Ur-Fascismo crece y busca el consenso explotando y exacerbando el natural miedo de la diferencia. El primer llamamiento de un movimiento fascista, o prematuramente fascista, es contra los intrusos. El Ur-Fascismo es, pues, racista por definición.
6. El Ur-Fascismo surge de la frustración individual o social. Lo cual explica por qué una de las características típicas de los fascismos históricos ha sido el llamamiento a las clases medias frustradas, desazonadas por alguna crisis económica o humillación política, asustadas por la presión de los grupos sociales subalternos.
7. (…) la raíz de la psicología Ur-Fascista está en la obsesión por el complot, posiblemente internacional. Los secuaces deben sentirse asediados. La manera más fácil para hacer que asome un complot es apelar a la xenofobia.
8. Los secuaces deben sentirse humillados por la riqueza ostentada y por la fuerza de los enemigos. (…) los enemigos son simultáneamente demasiado fuertes y demasiado débiles.
9. Para el Ur-Fascismo no hay lucha por la vida, sino más bien, “vida para la lucha”. El Pacifismo es entonces colusión con el enemigo; el pacifismo es malo porque la vida es una guerra permanente.
10. El elitismo es un aspecto típico de toda ideología reaccionaria, en cuanto fundamentalmente aristocrático. En el curso de la historia, todos los elitismos aristocráticos y militaristas han implicado el desprecio por los débiles. El Ur-Fascismo no puede evitar predicar un elitismo popular.
11. En esta perspectiva, cada uno esta educado para convertirse en un héroe. (…) Este culto al heroísmo está vinculado estrechamente con el culto a la muerte… (…).
12. Puesto que tanto la guerra permanente como el heroísmo son juegos difíciles de jugar, el Ur-Fascista transfiere su voluntad de poder a cuestiones sexuales. Este es el origen del machismo (que implica desdén hacia las mujeres y una condena intolerante de costumbres sexuales no conformistas, desde la castidad hasta la homosexualidad).
13. El Ur-Fascismo se base en un populismo cualitativo. (…) Para el Ur-Fascismo los individuos en cuanto individuos no tienen derechos, y el pueblo se concibe como una cualidad, una entidad monolítica que expresa la voluntad común.
14. El Ur-Fascismo habla la neolengua. La neolengua fue inventada por Orwell en 1984, como lengua oficial del Ingsoc, el socialismo inglés, pero elementos de Ur-Fascismo son comunes a formas diversas de dictadura. Todos los textos escolares nazis o fascistas se basaban en un léxico pobre y en una sintaxis elemental, con la finalidad de limitar los instrumentos para el razonamiento complejo y crítico. Pero debemos estar preparados para identificar otras formas de neolengua, incluso cuando adoptan la forma inocente de un popular reality-show»[4].

Sin embargo, las 14 hipótesis de Eco solo parecen una lista taxativa de aspectos negativos, –bajo la forma en como están expuestas, casi asemejando apotegmas– lo cual es característica de un estadio previo al de una teorización científica, ya que no han sido contrastadas con los aspectos positivos del fascismo, ya que de no aseverar esto último pecaríamos de sesgar las variables en detrimento de una visión objetiva, puesto que necesitamos sopesar los aspectos positivos y negativos para emitir un juicio científico, lo que permitirá derivar de ello, recién, las conclusiones de las características esenciales de un fenómeno o hecho investigado o estudiado:


«Para combatir[5] al Fascismo, es necesario entenderlo, lo cual implica reconocer que contiene alguna cosa buena, además de muchas malas»[6]

Este sesgo econiano se denota aún más cuando George Orwell[7], antifascista confeso, muestra un mayor grado de objetividad que su homólogo italiano al tratar el tema, ya que algunas aseveraciones que Eco da por ciertas –en sus 14 puntos, e inclusive en una lógica pars pro todo afirma que basta que uno de estos 14 puntos este presente para configurar el concepto, llevándonos a un anarquismo semántico en donde todo lo que caiga en cualquiera de esos 14 puntos, es fascista–, desde un enfoque orwelliano estos 14 puntos no serian del todo correctos, lo que mengua la objetividad del argumento de Eco, sin quitarle por ello su potencialidad de posterior contrastante empírico:


«De todas las cuestiones pendientes de nuestros tiempos, quizás la más importante es: ¿qué es el fascismo? Una de las organizaciones que hacen estudios sociológicos en los Estados Unidos recientemente se lo ha preguntado a un centenar de personas y han recibido respuestas que van desde 'democracia pura' hasta 'diabolismo puro'. En este país si pides al hombre pensante medio que defina fascismo, suele contestar dando el ejemplo de los regímenes de Alemania e Italia. Pero esto es poco satisfactorio, porque incluso los grandes estados fascistas se distinguen mucho en estructura e ideología. No es fácil, por ejemplo, incluir a Alemania y a Japón en el mismo esquema, y es todavía más difícil incluir a algunos de los estados más pequeños que se pueda describir como fascistas. Se suele suponer, por ejemplo, que el fascismo es inherentemente bélico y florece en una atmósfera de histeria de guerra y sólo puede solucionar sus problemas económicos mediante el gasto en preparación de guerras o conquistas de países extranjeros. Pero eso es claramente falso cuando vemos el ejemplo de Portugal o las distintas dictaduras de Suramérica. O por otra parte se supone que el antisemitismo es una de las marcas que distinguen al fascismo; pero algunos movimientos fascistas no son antisemitas»[8].

Por lo expuesto, se puede colegir que, dichas características de un fascismo eterno expuestas por Eco en sus 14 puntos, no se condicen con la teleología de la misma resignificación que Eco buscaba sostener, por lo que estaríamos ante una aparente inconsecuencia, ya que el concepto no guardaría fidelidad con su fundamentación (Bunge, 2009), en ello, el concepto de Ur-Fascismo, no guardaría relación con su fundamentación en características que simplemente no se dan –en general–, o no se dan en todos los fascismos, como bien mencionaba Orwell, respecto del inherente belicismo, el llamamiento a clases frustradas, la xenofobia y el antisemitismo. Siendo que por dichas razones, el fascismo eterno de Eco, no se configuraría como una teoría científica sobre la fenomenología fascista, sino simplemente como un conjunto de hipótesis sueltas que no han alcanzado grado de teorización, –grado de teorización– necesario para abordar el fenómeno que se pretender explicar de una forma objetiva:


«(…) más allá de los detalles históricos del fascismo, hay algo eterno. El escritor italiano Umberto Eco lo llamo “Ur-Fascismo”, que significa “primitivo” u “original”. Desafortunadamente, sus irregulares “catorce puntos” estaban excesivamente preocupados con el totalitarismo de arriba hacia debajo de dictadores notables del fascismo y sus muchachos del partido. Su “Ur-Fascismo” no era lo suficientemente “primitivo”. No era en absoluto “eterno”»[10].

Sin embargo, cabe rescatar de las entelequias econianas, la verdad que efectivamente trato de plantear y no pudo sistematizar –dada la limitación propia de su especialización académica–, y esta es, buscar la esencia misma del fascismo, de ese fascismo primitivo y originario, de ese fascismo auténticamente eterno.


«La mayoría de la gente asocia los “males” del fascismo con una institución burocrática de arriba hacia abajo, pero a mí los fasces aparecen para simbolizar una idea de abajo hacia arriba»[11].

En el haz de fasces o fascio littorio, se encuentra la esencia misma del fascismo más primitivo:


«Las varillas de los fasces representan la fuerza y la autoridad de un colectivo unido. Ese es su atractivo “primitivo”. La verdadera unidad tribal no puede ser impuesta desde arriba. Es un fenómeno orgánico. La profunda unidad proviene de hombres atados por una cinta roja de sangre. La sangre de la catastrófica necesidad que une a la banda de hermanos, se transforma en la sangre del legado y del deber que une a la familia, a la tribu, a la nación. Las fasces capturan la imaginación humana porque parece simbolizar la voluntad unificada de los hombres. Los hombres prefieren creer que ofrecen su lealtad por elección, ya sea si verdaderamente lo hacen o no. La libre asociación –o su mera apariencia– es la diferencia entre los hombres libres y esclavos. Si no puedes marcharte, eres un prisionero. Si decides quedarte, si decides alinear tu destino con el destino del grupo y someterte a la autoridad colectiva del grupo, eres un miembro, no un esclavo. Como miembro, debes aportar el peso de tu hombría a una confederación unificada de hombres»[12].

Notas


[1] ORWELL, George, «What is fascism?» ‘The Collected Essays, Journalism and Letters of George Orwell’.1968: “It will be seen that, as used, the word ‘Fascism’ is almost entirely meaningless. In conversation, of course, it is used even more wildly than in print. I have heard it applied to farmers, shopkeepers, Social Credit, corporal punishment, fox-hunting, bull-fighting, the 1922 Committee, the 1941 Committee, Kipling, Gandhi, Chiang Kai-Shek, homosexuality, Priestley's broadcasts, Youth Hostels, astrology, women, dogs and I do not know what else.”


[2]Semiótica (del gr. semeiotike) s.f. Ciencia que estudia los signos en general. Una rama de esta ciencia es, pues, la lingüística, que estudia el lenguaje, sistema de signos lingüísticos.


[3]«Amigo es Platón, pero mejor amiga es la verdad». Latinazgo en contra del magister dixit, o de la autoridad de los fundamentos por la sola fama y trascendencia del autor.


[4] ECO, Umberto. «Cinco Escritos Morales». Editorial Lumen. 1997. Pág.47-56.


[5] O en todo caso, estudiar y/o profundizar.


[6] ORWELL, George, «The Road to Wigan Pier».1937. Part Two, Chapter 12: In order to combat Fascism it is necessary to understand it, which involves admitting that it contains some good as well as much evil.


[7] Eric Arthur Blair o más conocido por su nom de plume “George Orwell”, escritor y periodista británico de gran trascendencia para la literatura universal, no solo por su estilo basado en una excelencia critica, sino por su uso de analogías y paralelismos para el planteamiento de distopias o realidades humanas. Entre sus obras más famosas se encuentran Rebelión en la Granja (1945) y “1984” (1949).


[8] ORWELL, George, «What is fascism?» ‘The Collected Essays, Journalism and Letters of George Orwell’.1968.


[10] DONOVAN, Jack, «Anarcho-Fascism» En: “A sky without eagles” Dissonant Hum, 2014.


[11] Ibídem.


[12] Ibídem.


Fuente: LIRA, Israel. «Columna de Opinión No. 121 del 15.11.2019». Diario La Verdad.

113 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page