En el contexto de la actual pandemia, han podido salir a flote varias posturas que sorprenden a muchos por la crudeza o frialdad con que se muestran, en un contexto de excepción que amerita mucho tino y una visión integral del problema. Muchos dirán que nada de estas percepciones tienen que ver o estar relacionadas con algún tipo de acervo ideológico que haya influenciado en cierta forma la estructura de pensamiento de las personas que realizan tales aseveraciones, pero la verdad inequívoca es que mucho tienen que ver las ideologías con nuestra particular visión de la realidad y como opinamos frente a determinadas situaciones. En el mismo sentido que Bunge señalaba que de una forma u otra siempre teníamos que vérnosla con la filosofía, y de que el corazón de toda ideología siempre es filosófico: «…rásquese una concepción general cualquiera y se descubrirá una o más filosofías. Se puede ignorar la filosofía, pero no se la puede evitar» (Bunge, 25.02.2020). Una clara ejemplificación de lo expuesto la podemos identificar en las recientes declaraciones que daría el Vicegobernador de Texas, el republicano Dan Patrick, y que en una entrevista que diera para Fox News, sostendría, generalizando en cierta forma que, así como el, muchas personas de la tercera edad deberían sacrificarse por el sueño americano y así evitar que la economía del país se estanque: «A mí nadie me ha preguntado si, como ciudadano mayor, estoy dispuesto a jugarme mi supervivencia a cambio de mantener a los Estados Unidos tal y como es para nuestros hijos y nuestros nietos. Porque mi respuesta es que sí, que estoy dispuesto…Mi mensaje es que debemos volver al trabajo, volvamos a vivir, seamos listos acerca de todo esto y los mayores de 70 ya cuidaremos de nosotros mismos. No sacrifiquéis el país, no sacrifiquéis el gran sueño americano….Eso no me hace más noble ni más valiente, nada de eso. Creo que hay muchos más abuelos que se sienten como yo ahí afuera (...). No quiero que todo el país se sacrifique». A estas declaraciones, el entrevistador Tucker Carlson replico: «¿Está diciendo que hay peores cosas que morir por coronavirus?”. «Sí», respondió Patrick. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, en respuesta a las declaraciones de Patrick replicó: «Mi madre no es sacrificable y sus madres no son sacrificables…» Todo ello recordando que actualmente en Estados Unidos el número de infectados por COVID-19 se encuentra en 165,784 superando con ello a China, Italia y España, y el número de muertos ascendente a 3,300. A ello aunamos los comentarios de Donald Trump, que si bien ha declarado emergencia nacional, aun es renuente a ordenar la cuarentena general en los Estados Unidos, a pesar del más que preocupante nivel de infectados en su país, precisando que la economía estadounidense no debe detenerse: «No será necesaria una cuarentena. Los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) divulgarán todos los detalles esta noche» (29.03.2020); «No podemos perder a Boeing. No podemos perder a algunas de estas empresas…Si perdemos estas compañías, estamos hablando de cientos de miles de empleos, millones de empleos» (24.03.2020). Similar es la forma de pensar del Presidente de Brasil Jair Bolsonaro, quien en referencia al COVID-19 ha hecho alusión a que no hay nada de qué preocuparse, ya que este virus es una gripecita, un resfriadito y que la gente tiene que volver a trabajar: «Quien tenga un empleo, que vaya a trabajar.... Brasil tiene que volver a la normalidad inmediatamente. ¿Algunos van a morir? Van a morir. Lamento, lamento, esa es la vida, es la realidad…Con la economía quebrada habrá una pérdida de vidas gigantesca» (27.03.2020). En nuestra esfera nacional, comentarios similares dio el ex presidente de la CONFIEP, Roque Benavides a Mónica Delta el 29.03.2020, en el sentido de que si bien las medidas dictadas por el ejecutivo son las idóneas, la economía no puede detenerse. Los comentarios de Patrick, Trump y Bolsonaro, pudieron haberlos dicho ellos o una persona sin poder político alguno, es decir, que se manifiesta de forma causi-espontánea y que se muestran como convicciones personales del sujeto: ¿Qué ideología o ideologías pueden haber en sus comentarios? Un ciudadano común dirá que allí no hay ideología alguna sino un sentido común (entendiendo a este último como el modo de pensar y proceder tal como lo haría la generalidad de las personas) repudiable para algunos, aceptable para otros, y así el lector puede identificar que en nuestra vida cotidiana de forma cuasi automática e involuntaria simulando un efecto reflejo, se reproduce este fenómeno de identificar como sentido común algo que a todas luces, y como veremos, es ideología. Ideología que siempre tiene un trasfondo filosófico independientemente si el sujeto es consciente de estar evocando un sistema teorético. Ya algunos podrán identificar fácilmente, la necesidad de traer a colación –desde nuestro enfoque interpretativo– la teoría zizekiana de la ideología: que en su tercera manifestación se expresa como la ideología en y para sí, en donde la ideología parece dejar de serlo y se torna en cotidianeidad, en ese sentido común al que todos nos gusta aludir para auto engañarnos y pretender que no estamos bajo el influjo de alguna visión ideológica, porque de una forma u otra nos han acostumbrado a pensar que lo ideológico como valor gnoseológico es espurio, es decir, que lo ideológico es sinónimo de conocimiento corrupto, de conciencia falsa, cuando ello en efecto corresponde a una arista de la fenomenología de la ideología pero que ello no significa se vea reducida a solo esta expresión. En la tercera manifestación de la ideología en y para sí de la teoría de Zizek, la efectividad de la ideología no depende del conocimiento consciente sobre qué ideología uno evoca en su discursiva sino en su efectiva evocación. Es decir, no se trata tanto de un saber, sino de un hacer. p.e No importa que yo en una charla haya defendido un concepto de libertad que desconocía que era ampliamente liberal y que con ello haya convencido a muchos con este, sino lo importante es que ya lo exprese, sin decir que lo era. He normalizado la ideología a un nivel de sentido común, y sin quererlo he beneficiado a aquellos que manejan la ideología para sí (a nivel Estatal), y la ideología en sí (a nivel de conjunto ideas), lo que coadyuva a una más fácil asimilación social de dicha ideología, y cuyo cuestionamiento a posteriori podría equivaler a un rechazo reflejo contra algo que se ha tornado en pensamiento común. Dicho esto, se pueden reconocer en el pensamiento de Patrick, Trump y Bolsonaro, desde teorías socio-políticas hasta económicas. Pero es fácil identificar su postura en un espectro que va desde el sacrificio de los sobrantes de Adam Smith, pasando por el Darwinismo Social de Herbert Spencer hasta llegar al Cálculo de Vidas de Hayek, es decir, ideología del liberalismo económico puro y duro. Algunos comentarios al respecto: En torno al sacrificio de los sobrantes, para Smith la riqueza de una nación residía principalmente en el trabajo, y más específicamente en la división del trabajo, en tanto este estimula la acumulación de capital que a su vez aumenta la productividad nacional, incrementando asimismo los bienes de consumo. Una mayor producción es la real causa del incremento de la riqueza de una nación de acuerdo al planteamiento smithsoniano. Lo anteriormente señalado –a consideración de A.Smith– es posible porque hay una armonía de intereses en un escenario de gobierno limitado. Los actores en una economía se guían siempre en beneficio de su propio interés, que es la mejor forma de contribuir a la sociedad de acuerdo a Smith: «No es de la benevolencia del carnicero, el cervecero o el panadero de donde esperamosnuestra cena, sino de su preocupación por sus propios intereses» (1776:6-7). Y este interés no es otro que los productos puedan tener un mayor valor y eso conlleve a un aumento de la ganancia. Smith consideraba a la economía como un todo, un sistema regido por leyes, en donde los intereses individuales son conducidos a la armonía por una “mano invisible”. Son estas las razones por las cuales la teoría del crecimiento económico, bajo todo el razonamiento clásico, está orientada a la acumulación de capital, producto de la división del trabajo. Es de mencionar que todas estas ideas entraron en crisis con el Crack del 29 y la Gran Depresión, que puso en tela de juicio todo el sistema liberal clásico «que a lo sumo intentó corregir, pero la crisis evidenció que era necesario cambiar de paradigma económico y el mito del individualismo» (Martínez, 2017:361), demostrando de forma inequívoca que para situaciones particulares sí es imperativa la intervención del Estado, para evitar con ello la sobreproducción y la especulación, y la clara evidencia de que el egoísmo no es la única conducta racional. De que el argumento que el individuo solo actúa para la maximización de los beneficios estaba errada y de que existen otras motivaciones además del autointerés que también son importantes a la hora de abarcar el comportamiento humano (Borja, 2012) en el ámbito económico, lo que llevó a una mayor profundización tanto en las ideas socio-liberales, como al surgimiento posterior de propuestas como la economía social de mercado al término de la Segunda Guerra Mundial. Continuando con el planteamiento de Smith, este era consciente que un incremento del fondo de salarios como consecuencia de la acumulación de capital, podría traer como consecuencia la mejora en la salud y la vitalidad de los trabajadores, ergo un mayor aumento de la población. La solución a este dilema no debe de sorprendernos viniendo de una óptica libera clásica: «Todos los animales se multiplican a proporción de los medios de su subsistencia, y no hay especie que pueda multiplicarse más allá de aquella producción. En una sociedad civil solo entre las gentes de inferior clase del pueblo puede la escasez de alimentos poner límites a la multiplicación de la especie humana, y esto no puede verificarse de otro modo que destruyendo aquella escasez una gran parte de los hijos que producen sus fecundos matrimonios. (…) Así es como la escasez de hombres, al modo que las mercaderías, regula necesariamente la producción de la especie humana: la aviva cuando va lenta; y la contiene cuando se aviva demasiado. Esta misma demanda por hombres o solicitud y busca de manos trabajadoras que hacen falta para el trabajo, es la que regula, y determina el estado de su propagación en el orden civil, en todos los países del mundo» (Smith, 1776:132-133). Que quiere decir Smith en resumen, que los requerimientos del mercado son los que determinan la necesidad de población apta para el trabajo. El mercado se torna en criterio de racionalidad de la reproducción de la especie humana, y es el mismo mercado el que determina elsacrificio de la fuerza de trabajo excedente. Por ello el énfasis de Patrick en que los norteamericanos jóvenes vuelvan al trabajo mientras los viejos solo esperen la muerte. En esa misma línea, el sacrificio de los sobrantes de Smith, aún sigue presente pero bajo una forma más sutil y sofisticada en la escuela neoclásica, a lo que Hayek (1981) llamó el cálculo de vidas: «Una sociedad libre requiere de ciertas morales que en última instancia se reducen a la mantención de vidas: no a la mantención de todas las vidas porque podría ser necesario sacrificar vidas individuales para preservar un número mayor de otras vidas. Por lo tanto, las únicas reglas morales son las que llevan al ´cálculo de vida´: la propiedad y el contrato». Por ello el énfasis de Patrick en que no se sacrifique el sueño americano de un mayor número de norteamericanos y que los ancianos que caigan enfermos velen por sí mismos, así como el llamado de Bolsonaro de retornar al trabajo, y que los que tengan que morir que se mueran. Finalmente, en torno al darwinismo social, y sin perjuicio de lo ya visto respecto de que la tesis de la economía neoclásica estaba errada por reducirse al mero autointerés sin ver otras motivaciones de carácter altruista, se tiene que «de acuerdo con el modelo de naturaleza humana propuesto por la escuela económica neoclásica y que encuentra su origen en la obra de H. Spencer, el egoísmo es la única conducta racional. Este enfoque, refinado primero por los economistas y filósofos de la Escuela de Viena y después por los de la Escuela de Chicago, va configurando el homo oeconomicus, el individuo que, absuelto por otras motivaciones, actúa guiado por la maximización de los beneficios» (Borja, 2012:53). Por ello el énfasis de Patrick en una ausencia de moralidad en su argumentación que no lo hace ni noble, ni valiente, así como de Bolsonaro que apela a una postura realista, ya que tan solo se busca la realización de un mero fin utilitario y/o hedonista: que la economía siga en movimiento.
Por todo lo expuesto, no podemos dejar de preguntarnos: ¿es el liberalismo económico,sin perjuicio de los matices correspondientes, una ideología realmente humanista? Esa respuesta se la dejamos al lector….
Finalmente, diremos que el problema no está en que uno profese una ideología, tan necesaria para sustentar una postura clara y definida en la vida política, económica y social, sino en qué tipo de ideología sea la que se escoja para tales fines. Lo ideal es pues buscar una propuesta ideológica que mejor responda a nuestras diversas problemáticas sociales con un enfoque integral del conocimiento y una visión humanista de la existencia, no cayendo, sobretodo, en el principal pecado: el dogmatismo acrítico, que es cuando la ideología se niega al dinamismo y a la perfectibilidad que le otorga la praxis, manteniendo una postura estática y negando sus errores, ya sea por nostalgia, terquedad o cinismo. Referencias bibliográficas BUNGE, Mario. (2020). «Entrevista, Mario Bunge nos dijo: “Se puede ignorar la filosofía, pero no evitarl”».En: https://www.filco.es/mario-bunge-no-evitar-filosofia/ EL COMERCIO. En: https://elcomercio.pe/mundo/eeuu/coronavirus-en-estados-unidos-dan-patrick-vicegobernador-de-texas-dice-que-los-abuelos-estan-dispuestos-a-morir-por-coronavirus-para-no-danar-la-economia-noticia/?ref=ecr DAILY BEAST. En: https://www.thedailybeast.com/andrew-cuomo-blasts-feds-on-coronavirus-strategy-saying-my-mother-is-not-expendable RTVE.«Mapa mundial del coronavirus: más de 823.000 casos y más de 41.000 muertos en todo el mundo»En: https://www.rtve.es/noticias/20200401/mapa-mundial-del-coronavirus/1998143.shtml SEMANA. En: https://www.semana.com/mundo/articulo/coronavirus-donald-trump-se-niega-a-decretar-la-cuarentena-en-estados-unidos/658904 THE STAR. En: https://www.thestar.com.my/news/world/2020/03/29/trump-says-quarantine-039not-necessary039-for-new-york-area BBC. En: https://www.bbc.com/mundo/noticias-52080810 COOPERATIVA.CL. En: https://www.cooperativa.cl/noticias/sociedad/salud/coronavirus/bolsonaro-puso-en-duda-la-cifra-de-muertos-por-coronavirus-y-pide-volver/2020-03-28/002741.html SMITH, Adam. (1776). «La Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones». Londres: T. Nelson and Sons. MARTÍNEZ RODERO, Ana. (2017). «La gran depresión, el new deal y el trabajo social». Universidad de Jaen, España. Revista Antropología Experimental nº 17, 2017. Texto 25: 357-374. En: https://revistaselectronicas.ujaen.es/index.php/rae/article/download/3800/3128/ HAYEK, F.A.(1981). «Segunda entrevista en el Mercurio de Chile». En: https://web.archive.org/web/20110812065836/http://www.fahayek.org/index.php?option=com_content&task=view&id=147&Itemid=0 BORJA BARRAGUÉ, Calvo. (2012). «Liberalismo económico y darwinismo social: sobre la figura de Herbert Spencer». Revista Internacional de Filosofía Astrolabio. pp.47-54. En: https://www.raco.cat/index.php/Astrolabio/article/viewFile/256202/343192 Bibliografía GARCÍA, George, AGUILAR, Carlos. (2008). «Psicoanálisis y política: la teoría de la ideología de Slavoj Žižek». Universidad de Costa Rica. International Journal of Žižek Studies. En: http://zizekstudies.org/index.php/IJZS/article/view/124/124 HAYEK, F.A.(1982).«Our Moral Heritage». The Heritage Foundation. En: http://s3.amazonaws.com/thf_media/1983/pdf/hl24.pdf AGUIRRE GARCIA, Juan Carlos; JARAMILLO-ECHEVERRI, Luis Guillermo. (2010). «La ciencia y el sentido común: por la enseñanza de un sentido común crítico». En: http://www.scielo.org.co/pdf/eded/v13n3/v13n3a09.pdf Fuente: LIRA, Israel. «Columna de Opinión No. 148 del 31.03.2020». Diario La Verdad. Lima, Perú.
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