¿Podremos algún día sentar las bases de una epistemología ancestral? (es decir, comenzar a hacer ciencia bajo métodos inspirados en la forma en como nuestros ancestros obtenían conocimiento, y que dieron luz a prodigios civilizatorios inigualables con métodos modernos, p.ej. grandes construcciones megalíticas cuzqueñas fecundas en conocimientos matemáticos y fisicoquímicos). Personalmente creo que sí, porque una civilización tan avanzada como lo fue la cuzqueña (una de tantas en América), no pudo ser ajena al conocimiento filosófico (que es base para el conocimiento científico), obviamente bajo una visión diferente de lo que se entiende por filosofía, ya que la pregunta no comienza por si podemos llamar filosofía al pensamiento ancestral, o ciencia a sus conocimientos sobre matemáticas, arquitectura, astronomía, etc., ya que de hecho lo fueron (en lo que algunos clasifican como filosofía y ciencia antiguas para diferenciarlas de la filosofía y la ciencias modernas, distinguiendo a su vez la gnoseología no-occidental, de la occidental).
La pregunta correcta es, si podemos concebir un umbral diferenciado de los diversos grados históricos de sistematización del concepto de filosofía y ciencia para el mejor reconocimiento de su rol y valor gnoseológico en la construcción civilizatoria de los pueblos de la antigüedad, ya que actualmente solo se habla del pensamiento ancestral como cosmovisión, y basta ver la tecnología megalítica de toda América para sostener que una mera cosmovisión, que es un simple impacto psicológico en el entorno, valoraciones subjetivas sobre la realidad, no generan un desarrollo civilizatorio de tal magnitud, teniendo que haber existido un conocimiento sistematizado, una valoración objetiva de la realidad que al día de hoy desconocemos. Para ello, propongo una idea-categoría que rescato del pensamiento del jurista peruano Carlos Fernández Sessarego, recientemente fallecido y la traslado a esta temática.
Sessarego contribuyó a la sistematización de la llamada Teoría Tridimensional del Derecho creada por el jurista brasileño Miguel Reale, en donde el Derecho tiene tres formas de manifestación fenoménica, como Hecho, Valor y Norma. Como acontecer fáctico, el Derecho se manifiesta y fluye a partir de la experiencia humana como conducta; como acontecer axiológico, el Derecho se manifiesta como receptáculo de unos determinados valores ético-sociales; y como acontecer normativo, como un conjunto de dispositivos que, basados en la naturaleza humana, configuran el orden social. Esta teoría es plenamente aceptada hoy en día, y forma parte de la doctrina jurídica.
Bajo lo expuesto, no puedo dejar de ver cierta similitud entre esta visión tridimensional del Derecho que precisamente abarca tres aspectos de la racionalidad humana, como hecho empírico, experiencia; como hecho axiológico, ético-moral, y como hecho positivo, sistematización normativa, con la teoría de las Tres Grandes Racionalidades del filósofo peruano Gustavo Flores Quelopana, en donde la racionalidad de carácter logogrática, conceptual, es precisamente una de las manifestaciones de la razón humana, pero no la única, esta también tiene una manifestación de carácter empíriocrática (basada en la experiencia sensorial) y de carácter mitocrática (basada en el mito). Aquí es importante hacer una precisión, el mito no es opuesto a la razón, ya que para construir mitos es claro que es necesario un pensamiento racional que posibilite dicho ejercicio. Entonces lo que en realidad tenemos no es una dicotomía mito-razón, sino de las formas y/o modos de la racionalidad, en ello, la racionalidad mítica y la racionalidad conceptual.
Esto a su vez sostiene la tesis del carácter multívoco de la filosofía. Frente a una visión unívoca, de filosofía, aquella de estricto carácter logocrático, Quelopana propone una visión multívoca, en donde se aúnen otras formas del pensar humano. Bajo este enfoque, la sabiduría ancestral, y de los demás pueblos del Perú antiguo como de América, sí se considerarían como filosofía, pero de carácter mitocrática. Visto lo expuesto, e integrando la visión de Sessarego, hablaríamos de una Teoría Tridimensional de la Filosofía, y ya no una teoría unívoca que reduce el pensar filosófico al de índole meramente conceptual, cuando es claro que nuestros pueblos ancestrales llegaron a un avance civilizatorio importante con una racionalidad mítica y no conceptual.
Muchos han querido ver en estas iniciativas una oportunidad para satanizar el conocimiento occidental y sus herramientas metodológicas, lo cual es a todas luces fútil y contraproducente, porque para construir una epistemología no-occidental (que a la fecha aún no existe y que está en proceso de construirse o reconstruirse), es decir, una epistemología ancestral, es claro que las herramientas que utilizaremos para ello son occidentales, la metodología es occidental (la que existe a la fecha). Las categorías de descolonización y de deconstrucción, pierden su total sentido, si se transforman en satanización del conocimiento occidental y sus herramientas metodológicas. Ese no es su real significado, el objetivo es la revisión crítica que nos permita sistematizar nuevo conocimiento desde nuestra periferia, no una simple negación vacua. De lo contrario, una satanización del conocimiento occidental y de sus metodologías solo traen como consecuencia la construcción de sistemas no científicos basados en hipótesis no comprobadas, lo cual ya no es ciencia, sino un sistema de creencias dogmático o pseudociencia.
Es por ello por lo que la multidisciplinariedad en un proyecto de este tipo es imperativa. Cabe mencionar a todo esto los importantes trabajos en escritura ideográfica chavín del arqueólogo peruano Pedro Carlos Vargas, que coadyuvan a ese proceso de conocer cómo es que pensaban y transmitían conocimiento nuestros antepasados, en aras de la paulatina sistematización de una teoría del conocimiento ancestral.
Bibliografía
REALE, M. (1997). «Teoría Tridimensional del Derecho: una visión integral del Derecho». Madrid, España. Editorial Tecnos.
REALE, M. (1982). «Introducción al Derecho». Madrid, España. Editorial Pirámide. 9a Edición.
FLORES QUELOPANA, Gustavo. (2010). «Filosofía Mitocrática y Mitocratología». Fondo Editorial IIPCIAL.
VARGAS NALVARTE, Pedro Carlos. (2005). «Análisis de los signos gráficos del Obelisco Tello de Chavín de Huantar : una propuesta estructural y lingüística» En: https://cybertesis.unmsm.edu.pe/handle/20.500.12672/2570
Fuente: LIRA, Israel. «Columna de Opinión No. 99 del 19.03.2018». Diario La Verdad.
Comments