Nuestra obra de reciente publicación, se muestra como una posible alternativa a las crisis políticas que periódicamente se dan en nuestro país.
Se parte del hecho de que actualmente tenemos un escenario de progresiva pérdida de confianza en políticos y partidos por parte de la población, así como el descredito de las teorías políticas (izquierdas y derechas) a estos vinculados, y es que la misma dinámica de nuestro sistema de partidos ha hecho que se conviertan en empresas políticas, enmascarando la voluntad de poder de un determinado grupo o sector de interés, es decir, los políticos y los partidos no abogan por el interés nacional sino por su propio beneficio particular, esa es la percepción generalizada.
Siendo esta la razón que explica porque ningún partido peruano tiene la visión de llevar a la nación peruana a tornarse en una potencia emergente. Al día de hoy, no seguimos esa senda porque el gobierno peruano no tiene una ideología clara, es decir, un norte, mientras que las potencias emergentes (China, Rusia, etc) tienen un norte claro que encamina su progreso socio-económico, porque precisamente tienen una ideología que sustenta todo su proyecto de nación. Sin ideología no hay norte.
En ese sentido, el autor, y ante este vacío, propone una nueva teoría política para el Perú que coadyuve a la forja de una nueva visión de nación peruana, es decir, que el Perú tenga un norte como nación, efectuando para ello una revisión crítica de todas las teorías políticas que han luchado por el poder político en nuestro país (1TP: liberalismo, 2TP: comunismo, 3TP: fascismo).
A esta teoría política el autor le otorga el nombre de crisolismo, como un proyecto de Cuarta Teoría Política Peruana (4TP). Nombre que hace alusión al Perú como un crisol vivo de pueblos diversos que con sus particularidades enriquecen el concepto de Peruanidad. Sanando así las múltiples fragmentaciones que las teorías políticas han generado a lo largo de la historia de nuestra República, incapaces de entender una realidad compleja como la peruana.
Siendo así que el crisolismo es la acción conjunta entre nacionalismo y democracia. Nacionalismo peruano entendido como la exaltación sana de la Nación y la Patria, para la forja de un nuevo Estado, que cumpla las aspiraciones colectivas de la población peruana; y una democracia peruana, institucionalizada, en donde se exija a políticos y partidos el cumplimiento de estándares mínimos de idoneidad para el ejercicio político sin los cuales no podemos mejorar la calidad de nuestra política. Soluciones peruanas a problemas peruanos. Diferente por ello a la historia de la práctica política peruana, en donde hay soluciones importadas para problemas nacionales.
Al día de hoy, el crisolismo como construcción teórica original peruana, ha llamado la atención de pensadores como Alexander Dugin, filósofo ruso conocido como el asesor no-oficial del presidente Vladimir Putin, así como ya hay colectivos peruanos como Jóvenes por la Segunda República, y movimientos como Ciudadanos al Bicentenario, que ven en el crisolismo una renovación de la teoría política peruana que sustentará nuevas opciones políticas juveniles y por ende ajenas a la política tradicional que se ha visto involucrada en corrupción. El crisolismo es el deseo de la población de no ir a la deriva, en donde las opciones políticas de siempre han naufragado por propia mano, sino de tener una nueva idea directriz para el progreso y el desarrollo pleno de la nación peruana.
Fuente: LIRA, Israel. «Columna de Opinión No. 140 del 14.02.2020». Diario La Verdad. Lima, Perú.
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