A la fecha de elaboración de la presente, tenemos que el número de Actas procesadas por la ONPE asciende a un 99.35%, teniendo como resultados en Lima los siguientes: Podemos Perú 15.29%; Partido Morado 11.51%; Frepap 9.64%; Acción Popular 9.38%; Fuerza Popular 8.04%; Frente Amplio 5.70%; PPC 5.57%; Juntos por el Perú 4.91%. Por otro lado, en Lambayeque que ya está al 100% de actas procesadas (5 escaños), tenemos como sigue: Acción Popular 11.79%; Juntos por el Perú 11.47%; Somos Perú 10.31%; Fuerza Popular 9.66%; Alianza para el Progreso 9.06%; Podemos Perú 8.61%; Apra 7.41%; Frepap 5.04%. Varias fueron las sorpresas en estas elecciones congresales, que no solo nos sirven para evaluar la actitud que tiene el peruano de a pie frente a la política y a los políticos, sino que refrendan la tesis de un hecho sintomático que venimos precisando ya en varias columnas, en ello, que el peruano es un votante cansado, hastiado, deprimido por la política chicha y unos políticos corruptos. Este escenario de depresión política en la ciudadanía, conlleva a una sintomatología particular, que se ha visto expresada en tres aspectos: 1. Decrecimiento en la valoración del ejercicio del derecho al voto como instrumento de cambio político. Tan solo en los simulacros anteriores al 26 de enero, se registró un porcentaje de votos blancos y viciados altísimo. Primero del 63% (al 16.01.2020), luego del 43.1% (al 19.01.2020), siendo que en estas elecciones pasadas, se estima que este porcentaje, si bien se vea reducido, igual continuará arrojando un número importante.
2. Decrecimiento de la confianza en políticos y partidos y votos por despecho. Estas cifras y porcentajes expresan de forma objetiva el rechazo de la población a la política y los partidos tradicionales, por lo que los votos por despecho han dado lugar a los más variopintos resultados y eso nos consta, casi como un voto de protesta. El voto por candidatos sin un mínimo de preparación, ha estado a la orden del día.
En esa línea, porque sinceramente no encontramos otra explicación racional y la que daremos igual nos deja con un mal sabor en la boca, es que pueda graficarse por qué el Fujimorismo fuera la fuerza política más votada en Piura, y en ningún otro lugar del país, a pesar, y recordando que en el 2016, Fuerza Popular colocó por esta región a 5 legisladores, entre ellos:
Karla Shaefer (titular de la comisión para la reconstrucción del país luego de El Niño Costero y cuestionada por contratar a asesores con sueldos altos entre 2017 y 2018); Freddy Sarmiento (acusado de favorecer a empresarios pesqueros mientras era congresista); Maritza García (suspendida por 120 días en el Congreso por mentir en su hoja de vida) y Luis López (recibió la misma medida por tocamientos indebidos a su colega Paloma Noceda). Finalmente, Mártires Lizana, declarada persona no grata en su localidad debido a sus blindajes a Cesar Hinostroza y Moisés Mamani (Ojo Público, 23.01.2020). 3. Renacimiento de mesianismos. Este escenario de despecho o sopor político, ha generado también otro hecho accesorio pero no menos importante, y como expone el antropólogo peruano Juan Manuel Ossio (2014), es que:
...en tiempos de incertidumbre y crisis hay un renacimiento de opciones mesiánicas, entendiendo al mesianismo como la creencia en la llegada de un salvador que dará una solución final a todos los problemas de un contexto dado.
Es así que hemos visto la reaparición en escena de dos opciones de esta naturaleza, dos mesianismos andinos de raigambre popular, en ello, el etnocacerismo (un ultra-nacionalismo étnico en donde la etnia cobriza es la única a la que le corresponde detentar el poder político) de Antauro Humala a través de candidatos de Unión por el Perú. Y por otro lado, la teocracia de Ezequiel Ataucasi (un paraíso terrenal a semejanza del Tahuantinsuyo y regido por la Biblia) con su brazo político el FREPAP. Ambos, no solo se han visto beneficiados por el voto oficial sino también del voto por despecho. Dicho todo esto, volvemos a la pregunta inicial que da título a la presente: ¿Quo Vadis Política Peruana? ¿A dónde vas política peruana? ¿Vamos a algún lado? ¿Tenemos alguna orientación? A esto el crisolismo (que al margen de esta política circense está surgiendo y que cada día se va consolidando –primero en el terreno académico, luego con el tiempo como praxis política real– como la orientación más idónea, es decir, la verdad política más plausible dentro de un universo peruano de opciones políticas diversas que ya cumplieron su ciclo histórico) responde con la frase del escritor británico Lewis Carroll: «Si tú no sabes a dónde vas, cualquier camino te llevará allí».
El Perú no necesita solo una revolución política, sino, ante todo, una revolución moral, de las conciencias, y la opción política que mejor sepa reflejar ello, tendrá el apoyo unánime de la ciudadanía. La tarea pendiente, convertir el sopor y el despecho, en nueva energía vitalizante para el renacimiento de una gran patria peruana: Unida, Libre y Soberana.
Fuente: LIRA, Israel. «Columna de Opinión No. 136 del 31.01.2020». Diario La Verdad. Lima, Perú.
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