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Foto del escritorIsrael Lira

Sobre la Originalidad de la Filosofía en el Perú e Iberoamérica

Actualizado: 5 feb 2022



¿Existe una Filosofía en el Perú? O como se preguntaba Augusto Salazar Bondy (1968) en una obra de un no menos sugerente título: ¿Existe una Filosofía en nuestra América? Ya de pleno damos nuestra respuesta tajantemente afirmativa, de que sí existe filosofía en el Perú y en Iberoamérica, partiendo de una profundización que acogerá las consideraciones del filósofo peruano mencionado y de un querido maestro al cual aprovechamos la presente para expresarle nuestro gran cariño y consideración, nos referimos pues al filósofo argentino Alberto Buela Lamas (1992).


Comenzamos por refrendar las atingencias de este último en tanto que las preguntas iniciales que denotarían una problemática latente, en realidad configuran pseudo problemas, sin antes realizar la precisión de que como afirma Buela, primero cabría distinguir Filosofía Iberoamericana (en Iberoamérica o de Iberoamérica) de Filosofía de lo Iberoamericano.


Si abordamos el tema desde la Filosofía Iberoamericana, en Iberoamérica o de Iberoamérica (el mismo ejemplo se aplicaría para Peruana, en el Perú o de Perú), pues es claro que filosofía se viene haciendo por estos lares desde la época de la colonia como reafirmaba Bondy: «El pensamiento filosófico hispanoamericano, considerada su evolución a partir del descubrimiento de América y de la conquista española , tiene más de cuatro siglos de existencia» (1968:11); y en el mismo sentido Buela:


«…es evidente la existencia espacio-temporal de un pensamiento filosófico en nuestra tierras. Múltiples trabajos con mayor o menor enjudia ya se han encargado de demostrarlo. Como para sólo citar al­gunos tenemos: Ramón Insúa Rodriguez: Historia de la filosofía en Hispanoamérica, Guayaquil, 1949; Francisco Romero: Sobre la filosofía en América, Buenos Aires,1952; Abelardo Villegas: Panorama de la filosofía Iberoamericana actual, Buenos Aires, 1963.-; Manfredo Kempff Mercado: Historia de la filosofía Latinoamericana, México, 1964.-; Sergio Sarti: Panorama della filosofía ispanoamericana contemporania. Milán, 1976» (1992:3).

Sin perjuicio de ello se tiene que, efectivamente existe un aspecto negativo de la Filosofía en Iberoamérica, que se caracteriza por su carácter imitativo (denuncia Buela) y falto de originalidad (denuncia Bondy):


«Nuestra filosofía, con sus peculiaridades propias, no ha sido un pensamiento genuino y original, sino inauténtico e imitativo en lo fundamental» (Bondy, 1968:93).

Mal que bien menciona Buela, Filosofía Iberoamericana existe desde el descubrimiento de América, que esta sea genuina o no, es ya otro tema que no atañe a la respuesta espacio-temporal, sino a un cuestionamiento de carácter analítico. Sin perjuicio de lo mencionado, y ante la pregunta de si hay o no filosofía iberoamericana, la respuesta queda «…fuera de discusión. (…). Así en Argentina existe desde hace una década una Revista Latinoamericana de Filosofía que es la prueba evidente de lo afirmado» (Buela, 1992:6).


Ahora, si la pregunta cambia a ¿Existe Filosofía de lo Iberoamericano? (¿Existe Filosofía de lo Peruano?), la pregunta también es afirmativa, pero es esta clase de filosofía la que es más difícil de construir, y por ende, la que denota poseer la originalidad que la filosofía iberoamericana carece en cierta forma y que siempre se le reclama, en tanto de acuerdo a Buela, la originalidad de la filosofía de lo iberoamericano, fluye precisamente de la originariedad, de la mismidad iberoamericana. La filosofía de lo iberoamericano «incorpora como meditación filosófica el tema de lo propio, de lo americano, de lo nacional. Esta búsqueda y este intento de inserción de lo propio y particular en lo universal es nuestra tarea más genuina, y, por cierto, la más difícil» (Buela, 1993:9).


Esta tradición filosófica, de los filósofos de lo iberoamericano, como filosofía genuina y original de América, tiene sus fundadores y su época dorada, a esta última pertenecen filósofos como «Salazar Bondy, Zea, Cruz Costa, de Anquín, Astrada, Ardao, Schwartzmann, Domínguez Caballero, Ricuarte Soler, Zum Fede, Larroyo, Gómez Robledo, Wagner de Reyna, (…)» (Buela, 1992:10).


Como colofón caben efectuar algunos comentarios sobre la corriente en auge que pretende dar la categoría de Filosofía a la Cosmovisión Andina, partiendo de otra concepción de lo que entendemos por filosofía. Se entiende que hay posturas divididas entre los filósofos de lo iberoamericano en este sentido. La postura de Bondy y Buela, refrenda el hecho que de Filosofía solo podemos hablar de la conquista en adelante, porque tenemos registros. La pregunta seria, si es que el elemento probatorio es el faltante, y de llegarse a encontrar o descifrar nuestro pasado (sistema ideográfico Chavín, Quipus, etc) ¿Se podría hablar de una Filosofía Andina o lo que es más, de Filosofía de los Pueblos Prehispánicos? Ello aun tendría dos escollos sujetos a posterior análisis crítico, a saber, el escollo de 1.resignificación y el de 2.pretensión de universalidad.


El primer escollo para la Filosofía Andina es la resignificación de la naturaleza conceptual de la filosofía, o lo que hemos llamado, dicotomía univocidad-multivocidad respecto de la naturaleza de la categoría de filosofía. En tanto que la visión de la academia es que filosofía solo es aquella de carácter racional, logocrática, por lo que todo lo anterior a los Griegos sería Cosmovisión. Ante ello se opone una visión multívoca, planteada por Gustavo Flores Quelopana (2010), que realiza una nueva jerarquización de la categoría de Filosofía, en tanto que si esta es un hecho universal en el sentido aristotélico, a cada estadio evolutivo del hombre, le correspondería una forma particular de filosofar, de la cual su manifestación racional, es solo una de sus formas más acabadas, y que también es posible la elucubración existencial a través del mito.


Al primer escollo se aúna un segundo que es accesorio al principal y que sigue la suerte del primero, en tanto que la filosofía en si misma tiene pretensión de universalidad; la academia refrenda el hecho que las cosmovisiones son circunscritas a un determinado espacio-tiempo, no pretenden universalidad en sus planteamientos, por lo que casi como una suerte de premio de consuelo, se les llama a lo mucho etnofilosofías, infortunado término que desde nuestra particular postura vemos como impreciso y problemático, ya que al final de cuentas toda filosofía en sus inicios es un máxime producto de la cultura de un pueblo.


Por nuestra parte, nosotros no descartamos la posibilidad en tanto que el rechazar categóricamente una visión multívoca de filosofía solo atentaría contra la misma naturaleza de esta, como profundización sobre varios aspectos existenciales del ser humano, finalmente, una pregunta-denuncia es: ¿Cómo exigimos que el pensamiento andino nos demuestre su pretensión de universalidad, si las investigaciones sobre nuestro pasado están invisibilizadas y falto de recursos? Es como pedir responder a una pregunta de alternativas múltiples solo con una alternativa disponible y que encima tiene puntos en contra (desinterés social en nuestro propio pasado y una clara persistencia de una visión eurocéntrica).


Referencias bibliográficas


BONDY SALAZAR, Augusto. (1968). «¿Existe una Filosofía en nuestra América?». Siglo XXI Editores.


BUELA, Alberto. (1992). «Acerca de la Filosofía en y de Iberoamérica». Diálogo 6. En: http://dialogoonline.iveargentina.org/archivos/351


FLORES QUELOPANA, Gustavo. (2010). «Filosofía Mitocrática y Mitocratología». Fondo Editorial IIPCIAL.


Fuente: LIRA, Israel. «Columna de Opinión No. 74 del 05.11.2018». Diario La Verdad.

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