top of page
Buscar
Foto del escritorIsrael Lira

Putinismo: entre la rusofobia y la rusofilia

Actualizado: 17 mar 2022



Putin el tirano, Putin el sátrapa, Putin el asesino, Putin el genocida, como diría Hughes, en tono sarcástico para ABC (01.03.2020) que ha hecho de Rusia un país autoritario y anti democrático, que vulnera los derechos humanos y particularmente de las minorías sexuales, que vulnera la libertad de expresión, que intimida a sus propios funcionarios, que persigue a sus opositores, en fin, Putin el Stalin del Siglo XXI. Esta es la visión predominante hoy en Occidente como obvia consecuencia de la intervención estratégica rusa en Ucrania, propia de una satanización efectuada por la llamada «Prensa libre» del «Mundo libre», siendo esta última categoría la más elevada de una expresión cuasi lisológica, la de «Comunidad internacional», cuasi lisológica porque pretende significar muchas cosas (en lo narrativo), pero que al final, (y en la realidad), se reduce a Estados Unidos y a la Alianza Atlántica y a su enorme poder geopolítico.


Si Putin para Occidente es algo así como el Tercer Anticristo ahora: ¿Porque sigue siendo reelegido por la población rusa? Y en estos momentos: ¿Cuánto es el apoyo que esta misma población otorga a las decisiones que está tomando el Gobierno ruso sobre el tema ucraniano? Son preguntas que surgen en el presente contexto y que las personas que bailan entre una rusofobia y una rusofilia patológicas, no pueden responder de forma objetiva. Sabemos que el lector se preguntará porque no mejor hablar de una putinfobia o una putinfilia, ya que Putin no es Luis XIV y Rusia no es la Francia del Siglo XVII, sin embargo, hoy en día, hemos visto que la putinfobia o la putinfilia, han escalado por osmosis a rusofobia y a rusofilia, ya que el rechazo o el apoyo extremados, respectivamente, se han extendido a otros espacios extrabélicos, en ello, p.ej. la cancelación gastronómica de alimentos que tengan el denominativo de ser rusos (aunque ni siquiera tengan un origen ruso) para efectos de un apoyo simbólico a Ucrania. El intento de cancelación de autores como Dostoievski por parte de una Universidad de Italia para mostrar su apoyo a Ucrania, y la suspensión del flujo de turistas rusos alrededor del orbe producto de las sanciones, son algunos ejemplos concretos de lo aquí señalado.


Putin lleva más de 20 años en el poder, reelegido en una totalidad de cuatro periodos (2000-2004; 2004-2008; 2008-2012 –aquí como primer ministro–; 2012-2018; 2018-2024), y con un porcentaje de apoyo abrumador respecto de sus opositores (52.94%, primer periodo; 71.31%, segundo periodo; 63.60% cuarto periodo; 76.69% quinto periodo). Salvo la elección del 2000, ninguna otra ha sido cuestionada, he inclusive la Oficina para Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa), precisaron que las elecciones del 2018, a pesar del férreo control político del oficialismo, fueron eficientes y abiertas. Toda esta información está disponible para consulta pública. En este punto también podría argumentarse: ¿Y la ley que le permite a Putin volver a postular a la presidencia al término de su mandato de 2024? Bueno, esta ley fue aprobada por la Duma Estatal (poder legislativo ruso) dentro del marco de enmiendas constitucionales aprobadas mediante referéndum en julio de 2020 y que tuvo una aprobación del 78.56% a favor por parte de la población rusa. Entonces: ¿Rusia es una dictadura? ¿Putin es un dictador? ¿Un tirano? Y demás adjetivos calificativos. Ya vemos que no. Otra cosa es que la población rusa en su gran mayoría –al menos de forma contingente– confíe en la dirección gubernamental de Rusia por parte de Putin, es decir, por una cuestión de mérito dirigencial, y en la estabilidad política y económica viabilizada por el Gobierno ruso, que ha hecho que el Índice de Desarrollo Humano se eleve a 0,824 puntos en 2019, un IDH nivel Muy Alto. La popularidad de Putin en Rusia es un hecho que no puede negarse por parte de los putinfobicos y que ha determinado su reelección, y tampoco exagerarse por parte de los putinfilicos, ya que sobre Putin también giran una serie de cuestionamientos que tampoco pueden obviarse, algunos de los más inverosímiles (propios de la propaganda occidental) como otros dignos de atención (propio de denuncias ciudadanas). A lo que a esto respecta, solo dejaremos constancia por la brevedad de la presente.


Fuera de los dimes y diretes, en términos generales, Rusia es un país democrático, con separación de poderes y un sistema electoral, y Putin llegó al poder de forma democrática, y se ha mantenido en el mismo de forma democrática y bajo las vías legales del sistema jurídico ruso, hasta que se demuestre lo contrario. Ahora se dirá aquí: ¿Y qué hay de la persecución de opositores políticos como Alexéi Navalni, periodistas de investigación como Román Dobrojótov, ONGs como Memorial International, y colectivos como Pussy Riot? Así cualquiera se perpetua en el poder, es el primer pensamiento que surge. Se dirá. Bueno, lo cierto es que de ello tenemos informaciones cruzadas, tanto de opositores como de panegiristas, que no permiten por ello efectuar un análisis imparcial. Lo cierto es que estas prácticas de ser moneda corriente, no serían exclusivas de Rusia, y Estados Unidos y las naciones que se enorgullecen de sus libertades, son las primeras en no dudar en atentar contra estas por menos cosas por las que Rusia lo hace, cuando ven que ello afecta a la seguridad nacional, lo que quedó expuesto en las declaraciones del controvertido Edward Snowden, ex contratista de la NSA y la CIA.


Lo cierto también es que, opositores, periodistas, organismos no gubernamentales, y colectivos, no están ajenos al financiamiento y al apoyo externo, y Rusia como cualquier nación soberana, ejerce la razón de Estado y eso no debería sorprender a nadie en estos días. Lo criticable es la doble moral de algunos sectores, que en su ignorancia y bajo la lógica del mal menor (para ellos), aceptan estas políticas de represión de Occidente, pero no cuando Rusia legítimamente hace lo mismo bajo justificaciones más coherentes que las occidentales, pero no por ello menos ajenas a la crítica.

Por otro lado, tenemos el tema de los derechos humanos de minorías sexuales, en donde la postura rusa tampoco parte de un reaccionarismo vacío, por ejemplo, en 2012 la justicia rusa prohibió la celebración del orgullo gay desde esa fecha hasta nuestros días ¿Por qué? Una razón más que suficiente, pero que para los actuales valores occidentales es criticable, en el sentido de salvaguardar el derecho de los niños a no ser expuestos a propaganda, en el siguiente sentido:


Ley Federal Rusa No. 436-F3 ‘sobre la protección de los niños contra la información perjudicial para su salud y desarrollo:


«…la actividad dirigida a propósito y sin control de diseminación de información que puede causar daño al desarrollo moral y espiritual o a la salud de menores, induciéndolos a formar percepciones deformadas de que las relaciones matrimoniales tradicionales y no tradicionales son socialmente iguales, teniendo en cuenta que los menores debido a su edad no pueden estimar dicha información de manera crítica y decentemente».

Nada de esto tiene que ver con un debate sobre el estado social de las minorías sexuales y los grandes problemas que les conciernen, sino que frente a las derechos de los adultos, priman siempre los de los niños, y en eso no hay punto de discusión. Prima siempre el Principio del Interés Superior del Niño. Pero como es natural el actuar de Rusia horrorizo a Occidente, cuando es de conocimiento general el grado de propaganda LGBT al que están expuestos los niños durante dichos eventos en la mayor parte de Occidente donde se celebra aquel día.


Continuando con nuestro análisis: ¿Y respecto al autoritarismo de Rusia? En eso consideramos que todos podemos converger. En efecto, Rusia es un país autoritario, porque el Estado Ruso bajo la dirección del Gobierno Ruso que representa Vladimir Putin, ejerce una férrea autoridad para el cumplimiento de los objetivos nacionales. Aquí recordamos nuestro escrito Teoría General del Autoritarismo, en donde señalábamos que, el concepto de autoritarismo tiene dos sentidos interpretativos igualmente válidos y que fluyen de la praxis misma en que se ha desenvuelto la mencionada categoría: (i) uno negativo o espurio y (ii) otro positivo o institucional, que se alinean con las dos acepciones clásicas de la RAE. El primero hace alusión a las experiencias de los gobiernos (y las personalidades que los encarnan –los gobernantes–) que ejercen un uso abusivo de la autoridad pública; mientras que el segundo hace referencia a un régimen o sistema que se funda en el principio de autoridad. Así se tiene que mientras en la primera acepción el principio de autoridad se desnaturaliza, en la segunda acepción cumple su función estructural.


En lo que respecta al Gobierno ruso de Vladimir Putin, la visión putinfobica reafirma que este se encontraría en la primera acepción, mientras que la visión putinfilica, podría decir que se encuentra en el segundo, lo cierto es que todo régimen autoritario, tiene un poco de ambos. Lo que permite efectuar la diferenciación entre una democracia fuerte y una total tiranía es si el principio de autoridad cumple su función estructural o si se desnaturaliza por abusos. En el caso de Rusia, se puede decir plenamente que es un autoritarismo institucional (positivo) en mayor grado respecto del carácter espurio (negativo).


Ahora: ¿Pero no es esto algún tipo de oxímoron conveniente? ¿Una democracia autoritaria? Es decir, un régimen autoritario respaldado popularmente, un cesarismo democrático. No reparamos en reconocer que mientras en las sociedades políticas no occidentales se están manifestando otras formas de praxis sociopolítica y económica que en nada gustan a Occidente, esto no hace por ello que tengan menos validez, al contrario, sino que generan que tengamos que ampliar los espectros de comprensión de la fenomenología política. Rusia en ese sentido, entraría perfectamente en lo que ahora se conoce como democracia iliberal. Ahora,nada tiene que ver esto con un relativismo de las fenomenologías políticas contemporáneas, en el sentido de aceptar un régimen político solo porque hay diferencias culturales, sino en reconocer que la democracia liberal no es la frontera final como creyó Fukuyama y de que el desarrollo social, económico y cultural, también puede darse fuera del ámbito liberal. Esta es la razón por la cual los liberales odian a Putin, y tienen toda la razón por lo siguiente:


Para los liberales, el actual conflicto ruso-ucraniano (en donde Estados Unidos y la OTAN refrendan su firme apoyo logístico a Ucrania) es la clásica dicotomía civilización (orden liberal)-barbarie (des-orden autoritario). Sin embargo, esa lectura reduccionista no deja de ser una narrativa ideológica liberal, cuando la realidad que se niegan a aceptar es el enfrentamiento de dos órdenes civilizatorios opuestos (ideas, cultura, tradiciones, mística, etc) con reivindicaciones particularizadas conforme a sus propios marcos hermenéuticos, el enfrentamiento entre un orden liberal y un orden no liberal o iliberal. Los liberales en esto tienen toda la razón en temer a la Rusia de Putin, porque representa todos aquellos valores que producto de las constantes «liberalizaciones», sus sociedades liberales fueron perdiendo bajo la tutela de la idea del progreso lineal. Perdiendo su religiosidad (1era liberalización, vía el proceso de secularización); perdiendo su identidad nacionalista (2da liberalización, vía la globalización); perdiendo la identidad sexual (3ra liberalización vía las teorías de genero); siendo la frontera final liberal la poshumanidad (4ta gran liberalización, la utopía transhumanista, la liberación del hombre de las debilidades inherentes a su cuerpo biológico, a través de la fusión con la maquina o cyborg). La consecuencia inequívoca de todas estas liberalizaciones no es otra cosa que el control total del ser humano al vaciarlo de toda identidad trascendental para que sea más fácil saturar el vacío dejado con la identidad de consumo y de nuevo regresamos a que, aquellos que se ufanan de la libertad son los primeros en pisotearla bajo el ropaje y la promesa de mayores libertades.


De igual forma, muchos en defensa de Occidente, es decir, de los llamados valores occidentales, terminan siendo funcionales a la agenda del orden liberal, y esto se debe a que el sentido clásico de la expresión valores occidentales ya se ha perdido o está en clara decadencia porque las sociedades que dieron nacimiento a esos valores se están deconstruyendo bajo la egida de lo políticamente correcto y la cancelación, torciendo la historia para acomodarla a una narrativa ideológica que este más acorde con el ideario de la posmodernidad.


Los valores occidentales se están licuando en la posmodernidad, identificándose cada vez más con el orden liberal, siendo por ello que la expresión –valores occidentales– se configura como una expresión lisológica, que dice mucho, y sirve para muchas cosas y como cajón de sastre puede acomodarse a cualquier discurso, desde el ya mencionado sentido clásico, en ello, la defensa de tradiciones y axiologías culturales de pueblos varios, su estilo de vida comunitario y con ello de su arte, música, arquitectura, así como de su desarrollo en términos gnoseológicos (religión, filosofía y ciencia), es decir, de una edad dorada civilizacional, hasta algo más contemporáneo como las narrativas del progreso lineal que no admite retorno, que van desde terrenos tan dispares como los avances tecnológicos, hasta para lo que algunos son avances sociopolíticos como el surgimiento del liberalismo y con ello de sus procesos de liberalización, y como consecuencia pretendidos avances jurídicos, como la legalización del aborto, de algunas drogas psicotrópicas, la eutanasia y el reconocimiento de multiplicidad de derechos a minorías sexuales.


Al contrario de todo esto, Rusia se presenta a sí misma (en lo narrativo y en lo real, tanto en la sociedad rusa como en las políticas de Estado) como la religiosidad cristiana ortodoxa que influye políticas estatales; el patriotismo y el nacionalismo que otorga dinamicidad a los desarrollos económicos, sociales y científicos; la función social de la familia, y un humanismo heroico en el cosmismo. Es decir, como decíamos, todo lo que Occidente está perdiendo de forma progresiva.


Finalmente, sobre el actual conflicto ruso-ucraniano, que ha enfrentado a pueblos eslavos hermanos, y en donde Estados Unidos y la OTAN han sacado muchos réditos políticos y que decir del apoyo logístico militar a Ucrania, en donde para ellos Ucrania no es más que una pieza en el tablero de ajedrez geopolítico, podemos decir que hay un culpable, y ese es el gobierno y la oligarquía ucraniana, ya que el conflicto podría haber sido evitado, si el gobierno de Ucrania hubiese cumplido los Acuerdos de Minsk del 2014, cosa que no hizo, y Estados Unidos (que no tiene ninguna autoridad moral para juzgar a nadie, ya que por menos razones ha intervenido países militarmente y por cuestiones de control económico imperialista y de recursos estratégicos) en lugar de enviar apoyo armamentístico, a lo que se suma el apoyo político de la OTAN, en su lógica de defensa de la paz, debieron de ser los garantes del cumplimiento de dicho acuerdo.


Sin embargo, ocurrió todo lo contrario. Y desde el 2014 se han registrado miles de violaciones al alto al fuego por parte del ejército ucraniano conforme a la Organización para la Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE), a lo que se suma el salvaje hostigamiento a las poblaciones ruso-parlantes de Ucrania (ahora Republicas Populares de Donetsk y Lugansk) durante los 8 del años del conflicto, creando así la receta para la intervención rusa ¿Luego de todo ello se puede decir que Rusia tiene la culpa de lo que actualmente pasa? Consideramos que la pregunta se responde sola. Ucrania es un estado soberano, sí, pero también así lo es Rusia, con sus intereses estatales y de seguridad nacional. Y en esta ocasión particular, razones justificantes no le faltan al Gobierno Ruso para actuar conforme lo ha hecho (actualmente el apoyo de la población rusa a las decisiones que Putin está tomando sobre Ucrania es del 68% –Interfax, 28.02.2022), ya que, además de lo mencionado, es razón de seguridad nacional de Rusia, que la OTAN (que desde hace ya buen tiempo no duda en mostrar su actitud desafiante cerca de las fronteras rusas en multiplicidad de ejercicios militares como p. ej. en el Mar Negro) no se expanda más al este. El gobierno ucraniano al confiar en Estados Unidos y la OTAN, y al aceptar su apoyo, quedó como el tonto útil. Al final la población ucraniana tendrá que pedirle cuentas a su gobierno por los platos rotos.


Sin perjuicio de todo lo expuesto, es nuestro sincero deseo que estas operaciones militares estratégicas, terminen lo más pronto posible por el bien de la hermandad de los pueblos y por la seguridad de la población ucraniana. El derramamiento de sangre de pueblos hermanos debe detenerse lo más pronto posible, y se debe de retornar a las negociaciones de paz. Siempre la paz será preferible a la guerra, eso es una máxima universal y en estos momentos hay que abogar por la paz. Nuestros mejores deseos, saludos y respetos a los valientes pueblos, ruso y ucraniano, desde este humilde púlpito.


Como colofón, también en el presente contexto, se ha hablado de imperialismo ruso, pero Rusia solo tiene 9 bases militares en el exterior a diferencia de las 800 bases que tiene Estados Unidos (de las cuales 76 se encuentran en América Latina, 12 en Panamá, 12 en Puerto Rico, 9 en Colombia, 8 en Perú, etc…) ¿Entonces? ¿De qué imperialismo se habla? Al menos de momento –y de forma contingente claro está– no se puede identificar una correspondencia entre la actual política exterior rusa y una escalada imperialista. Ya no estamos en los tiempos de la URSS. Hay una diferencia abismal que es notoria y las políticas exteriores de ambas naciones (Rusia y Estados Unidos) también nos hacen ver la diferencia entre auxilio internacional (y/o intereses geopolíticos concretísimos) y el afán de dominio imperialista (entendido como control militar total e influencia socio-cultural generalizada para el dominio económico pleno).


Bibliografía



AM750 (01.03.2022). Una heladería cordobesa prohibió la "crema rusa". https://750.am/2022/03/01/una-heladeria-cordobesa-prohibio-la-crema-rusa-y-estallaron-los-memes/


TELAM DIGITAL (02.03.2022). Polémica en Italia: una universidad quiso prohibir textos de Dostoievski por ser ruso https://www.telam.com.ar/notas/202203/585027-dostoievski-prohido-universidad-italia-por-ruso.html


EUROPAPRESS. (25.02.2022).El turismo mundial expectante ante la guerra de Ucrania, teme por su recuperación. https://www.europapress.es/turismo/nacional/noticia-turismo-mundial-expectante-guerra-ucrania-teme-recuperacion-20220225152756.html


OSCE (19.03.2018). Russian presidential election well administered, but characterized by restrictions on fundamental freedoms... https://www.osce.org/odihr/elections/375661



EL DIARIO. (13.03.2016). “La vigilancia no tiene que ver con la seguridad, tiene que ver con el poder” https://www.eldiario.es/internacional/entrevista-edward-snowden_128_4103499.html

«En este contexto me preocupa especialmente el creciente apetito del Gobierno en democracias liberales occidentales, "sociedades libres", por coartar, por contener y por amordazar la libertad de expresión. Especialmente en Europa, y muy especialmente en España, donde ocurren cosas como que unos titiriteros hayan sido encarcelados por decir algo que claramente está enmarcado dentro del contexto de una parodia. Y el Gobierno dice: 'esto es lo que dice la ley'. Y la ley es absoluta» (E. Snowden).


EL MUNDO. (07.06.2012). La justicia rusa prohíbe celebrar el orgullo gay durante los próximos 100 años: https://www.elmundo.es/elmundo/2012/06/07/internacional/1339080744.html?fbclid=IwAR1CLpEDX7PVBjNNIe2mGbLXleJtwtWjaIfaolWGrOY25Oz_qlz8G8XXQCg

De acuerdo a una Sentencia del 19 de enero de 2010 (n. 151) del Tribunal Constitucional de la Federación Rusa. La “propaganda homosexual” es definida por la Corte como “la actividad dirigida a propósitos específicos y no controlados. Difusión de información que pueda causar daños al desarrollo moral y espiritual o a la salud de menores, induciéndolos a formar percepciones distorsionadas de que las relaciones conyugales tradicionales y no tradicionales son socialmente iguales, teniendo en cuenta que los menores debido a su edad no pueden estimar dicha información de manera crítica y decentemente".


La Corte Suprema también ha restringido la definición de "propaganda homosexual" y ha considerado que “dicha prohibición no impide la celebración de eventos públicos, incluidos los debates públicos sobre el estatus social de las minorías sexuales, siempre y cuando ello no implique dictar el estilo de vida homosexual a los menores que no pueden estimar críticamente tal información debido a su edad".


Las personas homosexuales deben tener un trato ecuánime. Lo que no puede permitirse de ninguna forma es la figura del abuso de derecho, el ciudadano homosexual no puede escudarse en su condición de tal para irrogarse potestades que entran en contradicción con la convivencia social, de lo contrario no es la reivindicación de derechos sino la búsqueda de la juridización de caprichos


FOREIGN AFFAIRS. (June 2018). The End of the Democratic Century. https://www.foreignaffairs.com/articles/2018-04-16/end-democratic-century

«En el transcurso de un cuarto de siglo, las democracias liberales han pasado de una posición de fortaleza económica sin precedentes a una posición de debilidad económica sin precedentes…(…). De los 15 países del mundo con los ingresos per cápita más altos, casi dos tercios son democracias no liberales» (Mounk, Foa, 2018).



BUNGE, Mario. (1998). «Contra el charlatanismo académico». Diario ABC España. En: https://www.lainsignia.org/2007/febrero/cyt_001.htm


GUZMÁN, M. y PÉREZ, A.(2007). «La Teoría de Género y su Principio de Demarcación Científica». En: http://www.facso.uchile.cl/publicaciones/moebio/30/guzman.pdf


QUIROGA MARTÍN, Facundo. (2019). «Transhumanismo, políticas de genero, y feminismo occidental». En: https://kontrainfo.com/transhumanismo-politicas-de-genero-y-feminismo-occidental-por-facundo-martin-quiroga/

«el feminismo (de tercera ola) y las teorías de género, promovidas desde el centro del poder académico anglosajón, son elementos fundamentales de la producción de un orden cuya apoteosis es el transhumanismo. En este complejo mecanismo, el progresismo de izquierda juega un papel fundamental. Las y los intelectuales progresistas están empeñados en convencer al resto de la sociedad, neófita o simplemente indiferente, que sus postulados tienen un componente revolucionario y disruptivo. Hoy más que nunca, las clases medias intelectuales de izquierda están implicadas en un rol de pivotes entre estas dos teorías y el transhumanismo, incipiente en esta región, pero con gran aquiescencia y desarrollo en el norte global. (…) Es importantísimo, a nuestro criterio, vincular los escritos de, por ejemplo el Club de Roma, Los límites del crecimiento de Meadows y Randers, con las teorías de género, La política sexual de Kate Millet, dos años antes, o el pensamiento lesbianista de Monique Wittig, o Shulamith Firestone; se podría incluso pensar en Donna Haraway como una autora pivote explícita entre el feminismo y el transhumanismo a partir de su concepción del cyborg. La función de las teorías de género (desde el ataque a la maternidad de Simone de Beauvoir hasta el lesbianismo político y el feminismo cyborg antedichos) en el comienzo del paradigma transhumanista es enorme» (Quiroga, 2019).


NOVA RESISTENCIA (13.03.2018). El liberalismo es el padre de la ideología de genero. https://web.facebook.com/novaresistenciabrasil/photos/a.504357659741639/925972420913492

"El Liberalismo es padre de la Ideología de Genero". No existe tal cosa como Marxismo Cultural, sino Liberalismo en su 3era etapa de "liberación" del individuo.

1era "Liberación" (Liberalismo Clásico): De la Religión 2da "Liberación" (Liberalismo Clásico): Del Estado 3era "Liberación"(Neoliberalismo): De la Nación 4ta "Liberación" (Posliberalismo): Del Sexo Biológico 5ta "Liberación" (Posliberalismo): De lo Humano (Transhumanismo)


REDALYC. (09.10.2017). El Nacionalismo Ruso y la política de Seguridad Nacional: https://www.redalyc.org/journal/110/11054032007/html/


TASS. (20.02.2022). Zelensky's statements mean he is not going to implement Minsk agreements: https://tass.com/russia/1406665?utm_source=google.com&utm_medium=organic&utm_campaign=google.com&utm_referrer=google.com


OSCE SMM: Over 400,000 ceasefire violations recorded in eastern Ukraine this year: https://uacrisis.org/en/63399-osce-75https://uacrisis.org/en/63399-osce-75


INTERFAX. (28.02.2022). More than two-thirds of Russians support Russian special operation in Ukraine - pollhttps://interfax.com/newsroom/top-stories/74819/




Bibliografía


TAIBO, Carlos. (2017). «La Rusia contemporánea y el mundo: entre la rusofobia y la rusofilia». Editorial Catarata. En: https://cutt.ly/9Ss4zgd


TAIBO, Carlos. (2014). «Rusia frente a Ucrania: imperios, pueblos, energía». Editorial Catarata. En: https://cutt.ly/kSs4cfq


Fuente: LIRA, Israel. «Columna de Opinión No. 253 del 04.03.2022». Diario La Verdad. Lima, Perú.

584 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page