«El principio básico del objetivismo es que el hombre debe guiarse exclusivamente por la razón. La razón es la facultad que identifica e integra el material proporcionado por los sentidos (esa es la definición formal); que la razón es la única herramienta de conocimiento del hombre, su única guía para la acción, y su única guía para elegir sus valores. Como consecuencia de eso, la ética –o la moralidad– apropiada para el hombre, es una moralidad del propio interés racional, lo que significa que cada hombre tiene derecho a existir por sí mismo y que no debe sacrificarse a otros por él; que el logro de su propia felicidad racional es el objetivo más alto de su vida. Como consecuencia de ello, el único sistema, el único sistema político que expresa esa moralidad, es el sistema de capitalismo de laissez-faire, y con ello quiero decir: un capitalismo totalmente libre, sin regulaciones ni controles, un sistema basado en el reconocimiento de los derechos individuales, incluyendo los derechos de propiedad en el que toda propiedad pertenece a individuos privados» (Rand, 1967).
La gran mayoría de filósofos morales (desde Spinoza, Locke, Hume, Rousseau, Kant, Hegel, Kierkegaard, y más contemporáneos como Rachels), y en términos generales, se encontraría de acuerdo –en mayor o menor grado y con los matices correspondientes en torno a darle un valor exclusivo– con el primer párrafo de la cita que gráfica en lato sensu las bases principales del sistema filosófico del objetivismo, y en lo que atañe a que la razón es el criterio para la acción humana, esto último seria el aspecto trasversal a la gama de enfoques dentro de la filosofía moral. Sin embargo, no podemos decir lo mismo de lo que viene después, en torno a la idea de que la única moralidad posible sea aquella de interés personal, ergo negación de la idea de sacrificio como desprendimiento desinteresado, y de que el capitalismo de laissez-faire sea el único horizonte que expresa una moral racional, ello debido a que al día de hoy, experiencias de economías mixtas (p.ej. socialismos de mercado como el Chino y el Vietnamita, y capitalismos dirigidos como el Ruso, el Singapuriano, el Surcoreano o el Japonés) demuestran plenamente que, el interés privado con el interés colectivo, y en ello, tanto propiedad privada como propiedad colectiva, pueden coexistir pacíficamente y sin ningún problema, asimismo, la ciencia ya ha expuesto plenamente en que supuestos el altruismo funciona y en que otros fracasa, haciendo particular énfasis en el trabajo del biólogo evolucionista Robert Trivers (1971), refrendando el hecho que, un altruismo recíproco es lo que generalmente se da en la naturaleza, lo cual se extiende (con los matices del caso) a las sociedades humanas (Ver: Sobre al Altruismo, 21.02.2020).
Por lo expuesto es que se puede afirmar que, la definición o las características que pretende darle Rand al altruismo como algo inherentemente negativo y malvado, son arbitrarias, ya que «ambos, los intereses propios y los ajenos, son importantes y deben contrapesarse. A veces, una vez hecho esto, el resultado será que se debe actuar en interés de los ajenos; otras veces, resultará que uno debe ocuparse de sí mismo» (Rachels, 2017:138). Las categorías en el objetivismo de Ayn Rand, tienen como único sustento ontopraxiológico al individuo, como única medida posible para la sistematización de la moral, lo cual consideramos es un reduccionismo ontopraxiológico individualista o individualismo exacerbado o reduccionismo individualista, el que hace que el objetivismo sea un egoísmo ético, concordamos en que el objetivismo no es un egoísmo irracional, pero es un egoísmo racionalizado. Siendo por estas razones que para el objetivismo, la idea de sacrificio como desprendimiento desinteresado, no existe, ya que las personas nos movemos, siempre por un interés. No existe tal cosa como acción desinteresada para el objetivismo. En esto consideramos que el objetivismo ha difuminado convenientemente la relación entre egoísmo, interés propio y búsqueda del placer, lo cual es falaz, ya que no estamos ante conceptos análogos: «La conducta egoísta es la que pasa por alto los intereses de los demás en circunstancias en las que sus intereses no debían desdeñarse. Así, tomar una comida normal en circunstancias normales no es egoísta (a pesar de que definitivamente va en el interés propio); pero serías egoísta si acapararas alimentos mientras otros se están muriendo de hambre…hacemos muchas cosas porque nos gustan pero eso no significa que estemos actuando por interés propio. El hombre que continua fumando aun después de conocer la conexión entre el cigarrillo y el cáncer seguramente no está actuando en su propio interés, ni siquiera según su propio criterio –el interés propio dictaría que dejará de fumar–, y tampoco está actuando de modo altruista. Sin duda, está fumando por placer, pero esto solo muestra que la búsqueda indisciplinada del placer y actuar por interés propio son cosas distintas» (Rachels, 2017: 122-123). Bajo lo expuesto, queda claro que, es falso que todas las acciones sean egoístas, o que todas se hagan por interés propio. Así recordamos p.ej al atleta olímpico ruso Shavarsh Karepetyan, que sacrificó su carrera (debido al daño pulmonar generado por la hipotermia) para salvar a 30 personas totalmente desconocidas para él, de morir ahogadas. El sacrificio es la base del heroísmo humano. Referencias bibliográficas RAND, Ayn. (1967).«Entrevista de Johnny Carson a Ayn Rand». En: https://www.youtube.com/watch?v=4EfcgTOv_rM TRIVERS L., Robert. (1971). «The Evolution of Reciprocal Altruism».The Quarterly Review of Biology, Vol. 46, No. 1 (Mar., 1971), pp. 35-57. En: https://greatergood.berkeley.edu/images/uploads/Trivers-EvolutionReciprocalAltruism.pdf RACHELS, James. (2006). «Introducción a la Filosofía Moral». Fondo de Cultura Económica. Bibliografía RAND, Ayn. (1964). «La Virtud del Egoísmo». Editorial Grito Sagrado. CAMPS, Victoria. (2013). «Breve Historia de la Ética» RBA Libros. Notas HUMANS. (2019). «La Historia de Shavarsh Karepetyan». En: https://www.facebook.com/HumansOficial/videos/371179360168498/ Fuente: LIRA, Israel. «Columna de Opinión No. 126 del 09.12.2019». Diario La Verdad. Lima, Perú.
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